Con banderas en las manos, centenares de miles de personas se congregaron el domingo ante la Torre Eiffel para participar en una protesta contra la decisión del presidente socialista Francois Hollande de legalizar el matrimonio homosexual y de permitir a las parejas gay adoptar y concebir hijos.
La oposición al plan de Hollande ha resaltado las divisiones entre la secular pero católica sociedad francesa, especialmente en las zonas rurales. Si bien los sondeos de opinión indican que una mayoría de la sociedad respalda el matrimonio gay, ese respaldo es menor cuando hay niños de por medio.
La manifestación comenzó en tres puntos de París y congestionó los bulevares mientras los manifestantes caminaban unos seis kilómetros (4 millas) hasta la torre. La Policía capitalina calculó que participaron unas 340.000 personas, una de las manifestaciones más grandes en la capital francesa desde la protesta sobre la enseñanza en 1984.
"Esta ley guiará un cambio en la civilización que nosotros no queremos", dijo Philippe Javaloyes, profesor de Literatura que llegó en autobús con otras 300 personas del Franco Condado, en el oriente del país, en la frontera con Suiza. "No tenemos nada en contra de diferentes maneras de vivir, pero creemos que un niño debe crecer con una madre y un padre".
La oposición pública encabezada por líderes religiosos ha socavado el plan de Hollande en meses recientes. Alrededor de 52% de los franceses estuvieron a favor de la legalización del matrimonio homosexual, de acuerdo con una encuesta dada a conocer el domingo, por debajo del 65% que acumulaban en agosto.
La Unión Civil en Francia, permitida desde 1999, es tan popular entre parejas heterosexuales como homosexuales, pero la ley no prevé la adopción o la reproducción asistida, tema que está en el centro del debate.
El Partido Socialista de Hollande se ha alejado del debate sobre reproducción asistida, tras prometer examinar el tema en marzo luego que hubo cierta división al interior sobre incluirla en la propuesta más reciente. Sin embargo, eso no alivió las preocupaciones de muchos de los que asistieron a la protesta del domingo, quienes temen que sea sólo una cuestión de tiempo.
"Han hablado de ponerlos en los documentos de identidad como Padre 1, Padre 2, Padre 3, Padre 4. Mamá, papá y niños serán borrados del mapa y eso sería malo para cualquier país del mundo, cualquier civilización", dijo Melissa Michel, una madre franco-estadounidense de cinco que está entre el grupo que llegó en un tren reservado especialmente para ir a la protesta desde el sur de Francia.
El apoyo al matrimonio homosexual —y especialmente a la adopción por parte de parejas del mismo sexo— ha sido particularmente tenue fuera de París y la gente de lejos de la capital francesa se manifestó el domingo en medio de banderas de las diferentes regiones de la comarca francesa y emblemas que datan de la Edad Media, mientras coreaban: "Papá, mamá".
En caso de ser aprobado el plan por el parlamento, Francia se convertiría en el 12 país en el mundo que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo y, hasta ahora, el más grande en términos económicos y de influencia diplomática./AP
(KC)