DPA
Pablo Iglesias, líder de Podemos, la formación de izquierdas que de la nada irrumpió en la vida política española, fue boicoteado por un espontáneo con familia en Venezuela durante una conferencia en un céntrico y lujoso hotel de Madrid que había despertado gran expectación mediática.
El hombre, un camarero español que vivió casi tres décadas en Venezuela, interrumpió el coloquio de Iglesias y le increpó a gritos por su defensa de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y por el asesoramiento que les prestó una fundación en la que colabora el profesor universitario de ciencia política.
"En Venezuela están matando a los jóvenes", gritó Alberto Casillas, que tiene a su familia en el país latinoamericano y en España es conocido por haberse enfrentado con los policías que el 25 de septiembre del año pasado perseguían a un grupo de manifestantes tras una manifestación junto al Congreso de los Diputados.
"Mi esposa no puede comprar papel higiénico ni comida ¿Ha asesorado al gobierno de Venezuela en eso?", le gritó, mientras los organizadores del coloquio intentaban sacarlo de la sala del lujoso hotel en el que tenía lugar el acto.
"Jamás he asesorado a nadie para que reprima a alguien o golpee a nadie", dijo después Iglesias. "No he asesorado para que dejen a nadie en una situación económica difícil ni para que muerdan el cuello a los niños y le saquen la sangre".
"En América Latina, en los últimos años, han pasado cosas muy interesantes, y se puede debatir con argumentos", añadió.
Iglesias, de 36 años, se ha convertido en una figura destacada en la escena política después de que Podemos, nacido hace apenas cinco meses con herencia del movimiento de los indignados, ganara cinco eurodiputados en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo.
Aupado desde las tertulias políticas en las que participaba antes del nacimiento de la formación, su imagen, con coleta larga y barba, se ha hecho conocida en toda España. Tiene un discurso antisistema, arremete contra los grandes partidos, la monarquía, la corrupción y los bancos.
Hoy, nada más iniciar su participación en el foro informativo, que despertaba gran atención mediática entre otras cosas por el hecho de celebrarse en uno de los hoteles más lujosos de Madrid, él hizo gala de su verbo ágil, alabado por unos y criticado como populista por otros.
"Soy consciente de la expectación. Algunos solo me imaginaban aquí entrando con un grupo de militares para nacionalizar el hotel y expropiarles los visones a las señoras y los relojes a los caballeros", manifestó, y pasó a comparar los precios de las habitaciones y de la vestimenta de algunos asistentes con los salarios del personal del hotel y de algunos periodistas presentes.
"Habrá gente aquí que considera que lo que estoy diciendo es un ejercicio de demagogia y populismo y otros que estarán sonriéndose para dentro porque tenía ganas de escuchar verdades como puños", dijo.
2014-06-24