El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, denunció este miércoles la utilización para fines políticos de los 16 menores venezolanos deportados.
Rowley se refirió al presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien atribuyó declarar la guerra a Trinidad y Tobago por no apoyar un cambio de régimen en Venezuela.
"La nación se encuentra bajo el último asalto, utilizando personas anónimas, sin rostro, armadas con niños inocentes, para tratar de obligarnos a aceptar su comprensión del estatuto de refugiado", indicó.
Sostuvo que se espera que la nación insular abra sus fronteras con Venezuela.
Recordó que el país cerró sus fronteras, incluso para sus propios ciudadanos, durante la pandemia.
Resaltó que bajo la rúbrica de "humanitaria" se pretende forzar a aceptar inmigrantes de naturaleza económica y soportar la acción de traficantes de personas bajo la excusa de que se trata de refugiados.
TRINIDAD Y TOBAGO FACILITÓ EL REGISTRO DE 16.000 VENEZOLANOS
Rowley recordó además que facilitó el registro de 16.000 venezolanos durante los últimos meses.
Apeló, no obstante, a la solidaridad de la población para con los inmigrantes.
Respecto a la actualidad de los 16 niños venezolanos, un juez del Tribunal Superior ordenó la liberación inmediata del grupo.
Como los menores debían ser puestos en libertad bajo la custodia de familiares, Charles también ordenó la puesta en libertad de sus madres. Ellas también estaban detenidas en espera de la deportación, según detallan medios locales.
La prensa de Trinidad y Tobago indica que a los niños los detuvieron en el sur de la isla.
La detención de los menores se produjo cuando se esperaba entregar a los niños a la custodia de sus padres o parientes.
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