AP
Tras renegar por más de una década de la banca internacional a la que considera emblema del capitalismo, el gobierno venezolano dio un viraje al reunirse con bancas de inversión en una estrategia para cambiar la percepción de riesgo del país suramericano.
Los encuentros que se dieron el mes pasado en Londres y Caracas ocurren en el contexto de una severa crisis económica, situación que ha alimentado las versiones de que esas reuniones podrían ser la antesala de cambios en las políticas económicas del presidente izquierdista Nicolás Maduro que implicarán fuertes medidas de ajuste en los próximos meses.
El impacto de las reuniones fue inmediato. El riesgo país de Venezuela bajó de 970 a 914 puntos básicos entre la segunda y última semana de junio alentado por los anuncios del nuevo hombre fuerte de la economía venezolana, el ministro de Petróleo Rafael Ramírez, quien aseguró a los inversionistas en Londres que el gobierno cumplirá con los fuertes pagos de deuda externa pautados para el segundo semestre de este año y que se realizará una unificación cambiaria.
Entre octubre y noviembre próximo hay una concentración muy alta de deuda de la nación y de la corporación estatal Petróleo de Venezuela S.A. que implicará pagos por amortización e intereses por unos 7.000 millones de dólares, según estimaciones de la empresa financiera internacional Barclays Capital.
Ramírez, quien también se desempeña como vicepresidente del área económica, afirmó la víspera que las reuniones con los inversionistas tienen como orientación "ir a explicar nuestra verdad al exterior" y combatir a "tanto opinador de oficio acá que tiene una orientación política claramente contra nosotros".
Lunes, 07/07/2014