Un mes después de la muerte del presidente Hugo Chávez, su imagen se ha convertido en la figura dominante de la campaña para las próximas elecciones en Venezuela, donde el oficialismo intenta capitalizar el duelo y la oposición lucha contra su fantasma.
Bajo constantes llamados a "seguir con su legado", el chavismo evoca a diario a su líder en los multitudinarios actos electorales, mantiene viva su figura en los medios estatales, sobre todo en la televisión, donde incluso se repite su famoso programa dominical "Alo Presidente", y plantea las elecciones como una muestra de lealtad a su creador.
Los actos de campaña del candidato oficialista, Nicolás Maduro, suelen comenzar con una grabación del himno venezolano cantada por el hombre que gobernó Venezuela los últimos 14 años y gritos de "Chávez vive" por parte de sus seguidores, muchos de los cuales visten camisetas estampadas con los ojos del fallecido presidente.
"El fantasma de Chávez está muy presente en la contienda. Es una campaña muy singular, cuyos cronograma está planteado para coincidir con los tiempos del luto", dijo la analista política Carmen Beatriz Fernández, directora de la consultora Dataestrategia.
El pasado 8 de diciembre Chávez ungió como su sucesor a Maduro justo antes de partir a Cuba para la última operación de un cáncer del que ya no se recuperó y que le ocasionó la muerte el pasado 5 de marzo.
Maduro se presenta como su heredero y como el único capaz de continuar con la obra del fallecido mandatario en discursos plagados de menciones a su mentor.
Las alusiones son tantas que hasta se creó un sitio web que cuenta las veces que nombra a Chávez. Según la página Madurodice.com, ha hecho 5.758 menciones desde que el 5 de marzo anunció con la voz entrecortada la muerte de su jefe político.
En medio del culto a la figura del fallecido presidente, Maduro, presidente encargado del país, aseguró incluso esta semana que Chávez se le había aparecido en forma de "pajarito" y que llegó a sentir su espíritu, comentario que generó todo tipo de burlas y comentarios irónicos en las redes sociales.
"Maduro lo que busca es surfear sobre la ola emocional que deja la muerte de Chávez, que impactó a todo el país, no sólo al chavismo. Lo que hace es mostrarse como el heredero y dice al electorado que se debe cumplir la última voluntad de Chávez", sostuvo Fernández.
Cuando faltan 10 días para las primeras elecciones presidenciales sin la presencia de Chávez en 14 años, Maduro y su rival, el líder opositor Henrique Capriles, corren contra el tiempo para demostrar que son la mejor carta para sucederle.
Capriles tiene que luchar contra el recuerdo de Chávez, que murió con una popularidad cercana al 70 por ciento y cinco meses después de haber obtenido su tercera reelección con un 55 por ciento de los votos.
En su maratoniano recorrido por toda Venezuela, el candidato de la opositora Mesa de la Unidad Democrática repite a diario que "Maduro no es Chávez" y fustiga duramente a su rival, en un giro respecto de la campaña para las elecciones de octubre pasado, cuando evitaba confrontar con el fallecido presidente.
"Los liderazgos no se heredan, se sudan, se construyen junto al pueblo", disparó Capriles en un acto de campaña en el estado natal de Chávez, Barinas.
Encuestas realizadas en los últimos días dan entre 10 y 20 puntos de ventaja a Maduro, pero a ojos de los analistas la ausencia de Chávez suma un elemento de incertidumbre que es difícil de medir.
"Es una situación compleja, son 14 años de decisiones asociadas a una voluntad, a un único carisma. La ausencia de Chávez agrega incertidumbre al proceso, tras el duelo el país sigue igual de dividido. Los principales problemas no se los llevó Chávez", sostuvo el politólogo Xavier Rodríguez, director de Entorno Parlamentario.
El duelo por Chávez ha dejado en un segundo plano la discusión de temas cotidianos como la inseguridad y la escasez de productos básicos.
"El luto por Chávez tenía secuestrada la agenda, pasado el duelo deben empezar a aflorar otros temas, como la economía y la inseguridad", declaró Fernández.
Tanto Rodríguez como Fernández coinciden en que una vez pasado el luto y las elecciones, el ganador deberá comenzar a atender las principales preocupaciones de los venezolanos, que incluyen la tasa de homicidios más alta de Sudamérica y una inflación que está entre las más elevadas del mundo. /EFE