Con la perseverancia y el sazón venezolano como sus principales ingredientes, Gabriel Camacho y su esposa Roselba Ramírez lograron convertirse en los ganadores del premio a la mejor paella de España.
Se trata del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca, la competencia gastronómica más antigua de España que era una meta de Camacho desde antes de migrar. “Yo Estaba detrás de este concurso desde hace 15 o 16 años, yo les escribía desde Venezuela, mandaba correos, decía que quería participar y me decían que era para gente de la comunidad valenciana, para gente de España”.
Pero no desistió. En 2013 participó con su esposa, Roselba Ramírez, en una competencia en Querétaro, México, con lo que el denomina “una fusión un poco loca”. Se llevaron ingredientes de Venezuela y quedaron campeones entre 48 arroceros. En 2016 volvieron al mismo concurso con otro tipo de paella venezolana y conquistaron el segundo lugar, reseñó El Carabobeño.
Persiguiendo el sueño de la paella
Tres años después decidieron irse a España para así tener su propio restaurante. Al principio trabajaron en diversos locales. Y tras ocho meses de conocer la dinámica administrativa y los términos que se manejan en la cocina europea, instalaron su negocio.
El sueño de Camacho de participar en Sueca no cesó. “Apenas llegué, empecé a mandar mensajes porque quería estar en el concurso”. Y fue para la edición de 2020 que lo aceptaron, sin embargo, fue suspendida por la pandemia de la COVID-19.
Es así como el domingo 12 de septiembre llegó a la meta. Y no solo participó, sino que ganó el premio de mejor paella de España.
Un día antes de la actividad participó en una master class y no quedó muy contento con el resultado. “Debo confesar que no quedó que hubiese querido, no fue de las mejores”, pero la importante, la que fue evaluada por los jueces del concurso más antiguo en el área, fue perfecta.
Todos los participantes tenían la misma cantidad de ingredientes, lo mismos implementos y debían hacer la receta original de la paella valenciana, “que es muy diferente a la que conocemos en Venezuela”.