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Crisis en hospitales pediátricos impide la atención oportuna a niños, niñas y adolescentes

Lunes, 24 de enero de 2022 a las 12:03 pm
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Dos hospitales conocidos de Caracas que alguna vez llegaron a ser referencia, hoy son evidencia de lo que ocurre en gran parte del país.

Ambos están inmersos en el colapso del sistema sanitario venezolano, lo que para niños, niñas y adolescentes representa un riesgo de vida y salud.

Los hospitales presentan condiciones precarias, en medio de una crisis económica, que impide a muchas personas acceder a medicinas o atención en una clínica privada.

La falta de insumos complica el tratamiento de los jóvenes con enfermedades crónicas del Hospital de Niños Dr. José Manuel de los Ríos en la avenida Vollmer.

Misma situación que se presenta en Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi, ubicado en el complejo hospitalario Dr. José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal, en Antímano.

Madres de los pacientes denuncian constantemente “la mala dirección del hospital” y piden al Estado que garantice el derecho a la salud.

El deterioro de la infraestructura evidencia el abandono. A pesar de que remodelaron las  áreas de triaje y emergencia, denuncian que no es suficiente.

Las mismas no cumplen con los principios establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según explicó Katherine Martínez, directora de la organización Prepara Familia.

Restauraron solo dos áreas “pero eso no es lo que se está solicitando para todo el hospital”, señaló.

“Es un porcentaje mínimo. En las unidades pediátricas hay abandono y deterioro”, aseguró la directora de la organización, que brinda apoyo a niños, niñas y adolescentes hospitalizados, además de a las madres.

Manifestó que las condiciones de los hospitales “deja mucho que desear”.

Martínez aseguró que el “Servicio de Nefrología no es ni la cuarta parte de lo que era antes. El deterioro de la infraestructura ha sido muy alto y la falta de mantenimiento mucho más”.

Explicó que son "las mismas mamás del servicio" quienes mantienen la limpieza, ya que a veces el servicio no cuenta con el aseo.

El 1 de enero de este año se cumplieron cuatro años y siete meses de la suspensión del Programa Procura de Órganos en Venezuela, lo que dejó desamparados a los niños que necesitan un trasplante para poder vivir.

Solo en el servicio de Hematología se registraron 23 muertes en 2021, en Nefrología fueron 16, indican cifras de Prepara Familia.

Un trabajador del J.M de los Ríos que prefirió no revelar su nombre, dijo que desde el año pasado se trabaja en el tema de la infraestructura con las dos áreas que arreglaron.

Pero siguen sin insumos ni medicinas y al paciente le cuesta conseguirlo por su propia cuenta porque son costosos.

Aseguró que los doctores hacen “todo lo que está en sus manos” para atender a los niños, “pero a veces los padres no entienden, denuncian que sus hijos no fueron atendidos y lo revelan en redes sociales comprometiendo al personal”.

Explicó que el personal intenta atender a todos los pacientes, pero estpan limitados por la situación “uno de los factores que más pesan, es el recurso humano. No hay médicos ni enfermeras”.

Puntualizó que una enfermera atiende a 20 niños. Mismo caso que con los médicos, quienes evalúan a 20 pacientes.

“Obviamente ocurren errores y la salud del niño está en riesgo”, admitió el trabajador.

Maduro dio una esperanza para los niños en noviembre del año pasado, cuando anunció que reactivarían el proceso de trasplantes de médula en el Hospital Domingo Luciani y en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera.

Pero, hasta los momentos, no hay información precisa. Mientras tanto los niños siguen en una espera indefinida.

Katherine Martínez denunció la situación de otras unidades pediátricas en Caracas, que no son ajenas a las carencias, la deficiencia y el deterioro.

Son tres unidades pediátricas de hospitales públicos en las que a nivel estructural las condiciones son deficientes para atender a los niños.

Las áreas no están habilitadas para atender a los niños. Están deterioradas, con sanitarios que no funcionan y el suministro de agua siempre es irregular.

El acceso y la movilidad también son complicadas, porque normalmente los ascensores no funcionan, describió Martínez.

Las estructuras necesitan mantenimiento “no solamente preventivo y correctivo sino de limpieza de las áreas”.

El personal realiza la labor sin productos desinfectantes, cloro, cuando hay agua limpian, hacen lo que pueden hasta que las madres se las arreglan y traen productos o ayudan a limpiar, puntialozó.

Reiteró la falta de insumos para exámenes como rayos x y sangre. Además son pocos los reactivos en los laboratorios, incluso en el J.M que es el mayor hospital del país.

El banco municipal de sangre que sirve a varios hospitales "no tiene los hemoderivados que requiere, los hemoterapistas que necesitan porque a nivel de personal de salud las fallas son muy importantes" dijo.

Con información de Provea

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