María Isabel Rangel / [email protected]
Con la vuelta de las clases, las cantinas escolares abrieron sus puertas y según varios propietarios, “van poco a poco”, ganando clientela nuevamente.
José Manuel Pacheco, quien administra una cantina (o bodegón escolar) en un liceo en San Martín, asegura que las ventas son regulares, pero a comparación de años anteriores (pre-pandemia) subieron notablemente.
“La mayoría de jóvenes maneja dólares y casi siempre compran desayunos. Los cuales hacemos por encargo y no como antes que cocinábamos bastantes empanadas, para evitar que se pierda la comida porque no todos los días se vende muy bien”, compartió.
Señaló que la cantina abre todos los días de clases de 7:30 am hasta las 3 de la tarde. “Aceptamos todo tipo de pago que tengas los jóvenes, efectivo, pago móvil, etcétera”.
Facilidades de pago en las cantinas
El entrevistado agregó que muchos padres piden lo que es “cuenta abierta” y cancelan a final de mes lo que sus representados consumieron. “Hay papás que dejan cuenta abierta de 20 dólares, y su hijo puede consumir lo que sea hasta llegar a ese límite, pero como dije antes, lo que más se vende es desayunos, que salen entre dos y cinco dólares, dependiendo de lo que pidan”.
“Las chucherías ya no se venden tanto como a hace 10 años atrás, de vez en cuando una que otra fritura, lo que más compran de ese tipo son las chupetas porque es lo más barato.
Por otra parte, Carmen Castillo, quien atiende un bodegón en un colegio en El Paraíso, aseguró que “ahora si están comprando, antes eran muy pocas las ventas”.
Compartió que “es un contraste muy fuerte, porque, así como veo niños que compran constantemente en la cantina y hay otros que a veces van sin desayunar y me da mucha cosa con ellos y si queda comida les doy.
En pandemia
José Manuel Pacheco explicó que por todo el tiempo que las clases fueron suspendidas por la cuarentena se dedicó a la venta informal, pero desde su casa. “Tengo una pequeña bodega en mi casa desde hace años y cuando cerraron los colegios lo que hice fue traerme toda esa mercancía para acá”.
Igualmente, Carmen Palacios comentó que se dedicó a la venta de comida rápida y de hecho aún trabajada de esa manera los fines de semana, mientras en la semana se dedica a cocinar en la cantina de su colegio.
“Siempre he estado en la cocina, es lo que me gusta y se hacer, Cuando cayó la cuarentena tuve muchas dudas en que hacer pero como vi que el emprendimiento de la comida rápida más delivery iba creciendo decidí unirme y aquí sigo porque es una gran ayuda económica extra”.
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