Jesús M. Gambús / M. Navas R.
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No hay bolsillo que salga bien librado de una visita a la licorería en estos días en los que la crisis se traga las utilidades, el año se pone viejo, y el espíritu reclama un traguito.
Para salir medianamente librado de la ocasión, el venezolano apela a "la vaca" , la vieja institución que como salvavidas navideño aporta los reactivos tradicionales del caso.
El presidente de la Federación Venezolana de Licoreros, Franklin González reconoce el trago amargo que la inflación deja sobre la clientela y sobre sus afiliados.
Las prioridades del venezolano de hoy son la alimentación, la salud, el vestido, etc., y esa tendencia acentuada en 2016 representa una caída de un 55% en las ventas de los licoreros.
González lamenta que el gremio que lidera tenga pocas expectativas en este cierre de año, dada la persistencia de la crisis y el despegue sistemático de los precios de las bebidas que expenden.
"Los inventarios están bien, hay diversidad de producto. En la gama de los rones están presentes casi todos los rones. En las bebidas blancas, vodka, ginebra también, incluso en los aguardientes y cervezas".
Con respeto al mercado de la cerveza, González reseña que años atrás la bebida representaba un 80 por ciento de los ingresos de los licoreros, pero hoy es un producto más, debido a las dificultades de los productores para adquirir divisas.
"Esa diferencia entre el dólar preferencial y el Dicom para la adquisición de la materia prima en la elaboración de la cerveza, ha afectado negativamente los precios y se refleja automáticamente en la venta", precisa González.
"La caja de cerveza retornable que era el producto de mayor consumo popular se vendía en abril en 3.500 bolívares, está ahora en 12 mil 500 y podría llegar a 15 mil en la última semana del año".
2016-12-22