El caso de la joven hispana Giselle Tapia Salazar (30), hallada muerta a finales de mayo, ha dado un giro inesperado en los últimos días. Su cuerpo fue encontrado colgando de un muelle en San Antonio (Texas), lo que en un principio fue calificado como suicidio.
En días recientes, autoridades informaron que están investigando como homicidio la muerte de Tapia Salazar, quien era madre de cuatro hijos.
La policía cree que fue asesinada y luego atada al muelle para simular un suicidio. Hasta los momentos han identificado a dos personas como presuntos responsables del hecho, uno de ellos, su novio, James Hart, de origen estadounidense.
Sin embargo, Hart niega haber asesinado a Tapia. "No tuve nada que ver con eso y nunca lo habría tenido. Amaba a Giselle más que a nada en el mundo. Estábamos juntas las 24 horas del día, los 7 días de la semana", aseguró el hombre.
Las cámaras de vigilancia de la escena del crimen fueron manipuladas. Una había sido apagada mientras que otra fue girada en una dirección diferente, informó el medio regional KHOU.
Hart les dijo a los detectives que Tapia Salazar salió de su habitación para ir al baño el día de su desaparición y nunca más volvió.
Un vecino encontró el cuerpo de la joven parcialmente sumergido en el agua y notó que su brazo estaba en una posición inusual.
“Debido a la posición de su brazo, creemos que probablemente falleció en otro lugar. El rigor mortis apareció y luego, cuando la movieron, sus brazos permanecieron en esa posición”, dijo a KHOU el teniente de policía de League City, Eric Cox.
El vecino, Christian Allen, también sospechaba de un crimen. “No me creí todo el asunto del suicidio. Quiero que los atrapen porque mis hijos están aquí y no quiero vivir cerca de un asesino”, manifestó a KHOU.
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