La tragedia migratoria en la frontera sur de Estados Unidos sigue dejando cifras estremecedoras: más de 1.500 inmigrantes indocumentados han perdido la vida intentando cruzar hacia territorio estadounidense y sus restos permanecen sin identificar, almacenados en morgues, laboratorios forenses y cementerios de estados fronterizos como California, Arizona, Nuevo México, Texas y Florida.
Esta alarmante información fue recopilada por el portal web de Telemundo, que realizó una investigación consultando a autoridades forenses y condados a lo largo de la frontera.
El reporte revela que los cuerpos, en muchos casos reducidos a cenizas o huesos, esperan ser identificados y repatriados mientras las familias viven la angustia de no saber el destino de sus seres queridos.
La gestión de estos restos se complica por la ausencia de una normativa federal uniforme en Estados Unidos; cada estado y condado aplica sus propios procedimientos para el manejo, identificación y repatriación de los migrantes fallecidos.
Por ejemplo, solo en Arizona se contabilizan 1.386 migrantes muertos sin identificar en los condados de Pima, Cochise y Santa Cruz.
En Texas, el conteo es aún más complejo debido a la multiplicidad de autoridades involucradas y la falta de datos centralizados, lo que dificulta precisar la cifra exacta de cuerpos almacenados.
Los obstáculos burocráticos y la falta de recursos hacen que el proceso de identificación y devolución de los restos a sus países de origen sea lento y, en muchos casos, imposible.
Proyectos como Operación Identificación, del Centro de Antropología Forense de la Universidad Estatal de Texas, han logrado identificar y repatriar a una parte de estos migrantes, pero la mayoría sigue esperando en cajas, urnas o nichos sin nombre.
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