La amenaza de deportaciones masivas por parte de Donald Trump pasó rápidamente de ser un lema de campaña a una inminente realidad.
El presidente electo busca cumplir su promesa mediante diversas tácticas, incluyendo amenazas arancelarias a México y Canadá para frenar la inmigración irregular.
Para deportar a aproximadamente 11 millones de personas, Trump deberá presionar a varios países para que acepten a sus ciudadanos. Esto podría incluir la retención de visados para aquellos que se nieguen a cooperar.
Estrategia del gabinete
Desde su elección, el equipo de Trump ha delineado estrategias como declarar una emergencia nacional, utilizar fuerzas militares y realizar redadas en lugares de trabajo.
Sin embargo, queda pendiente cómo persuadir a otros países para que acepten a los deportados. Tom Homan, futuro encargado de las deportaciones, ha señalado que este proceso será complicado y requerirá colaboración de los países de origen.
Resistencia
Varios países, como Cuba y Venezuela, ya han mostrado resistencia a recibir deportados. Trump tiene la opción de condicionar la concesión de visados a la cooperación de estos países, tal como lo establece la Ley de Inmigración y Nacionalidad.
El Proyecto 2025, que detalla políticas migratorias extremas, sugiere usar la Sección 243(d) de esta ley para sancionar a los países que no acepten a sus connacionales, lo que podría alterar drásticamente el sistema de visados estadounidense.
En el año fiscal 2024, Estados Unidos emitió un récord de 11,5 millones de visados, con una tendencia creciente en los últimos años.
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Los principales beneficiarios de los visados no inmigrantes fueron México, India, Brasil, Colombia y China, lo que subraya la complejidad del sistema de inmigración que podría verse afectado por las nuevas políticas.
Con información de El País.
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