LA CONVERSA 2.0: ¿Tendremos una nueva beata venezolana?
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El proceso de canonización es el acto mediante el cual la Iglesia católica, tanto en su rito oriental como en el occidental, declara como santa a una persona.
Previamente se da el esquema de la beatificación. Este puede llevarse a cabo de dos formas. La primera es a través de una causa de virtudes heroicas.
Es decir, si esa persona vivió las virtudes cristianas en grado heroico.
La segunda vía es la del martirio, situación en la que el fiel sufrió martirio por su fe.
El tema de las beatificaciones y las canonizaciones ya no es tan lejano para los venezolanos.
La beatificación y pronta canonización del Dr. José Gregorio Hernández ha convertido el asunto en algo cercano, se puede decir que hasta “cotidiano” para el país.
Al respecto, Venezuela, a través de sus representantes de la Iglesia católica, conduce una nueva empresa hacia lo que sería la consolidación y reconocimiento por parte de la Santa Sede de la beatificación y posterior canonización de María Esperanza Bianchini.
La nueva beata venezolana
Juan Ernesto Páez-Pumar, director de 2001, entrevistó a través del canal de YouTube de la marca informativa multiplataforma más importante de Venezuela, a los involucrados en la causa de María Esperanza Bianchini.
Conocida también como la vidente de la Virgen de Betania, esta venezolana nació en la población de Barrancas, estado Monagas, cerca del río Orinoco.
Páez-Pumar conversó con el padre Gerardino Barrachini (asesor eclesiástico); María Coromoto Bianchini (hija de María Esperanza) y Andrea de Liscano, miembro fundadora de “Espiritualidad Betania”.
Los tres invitados hablaron de la vida de la hoy “Sierva de Dios” y del proceso para llevarla pronto a los altares. Cada uno expuso su visión sobre esta abnegada mujer.
Vida ejemplar de la nueva beata venezolana
El padre Barranchini, con amplia experiencia en estos procesos, lleva la causa del Dr. José Gregorio Hernández en la etapa de canonización.
El sacerdote explicó que, el proceso canónico, jurídicamente hablando, está enraizado en una primera fase diocesana que está en el lugar del nacimiento o de la muerte del candidato a los altares.
Luego está la fase romana que es la que se encarga de declarar la venerabilidad y eventualmente la beatificación; finalmente la canonización o santidad, según expuso.
Expresó que la causa de José Gregorio Hernández sirvió para que se despertaran muchas otras que estaban dormidas.
“La causa de la Sierva de Dios con la señora María Esperanza Bianccini, ya había iniciado con la jurisdicción de Metuchen, Nueva Jersey, en Estados Unidos que tenía como competencia la causa”, recordó.
Asimismo, dijo que en los últimos 4 años han tenido el apoyo sostenido del arzobispo metropolitano de Caracas, cardenal Baltazar Porras.
A su juicio, el purpurado venezolano ha sido un gran entusiasta de todas las causas que están abiertas y las que están por iniciarse. “Hemos tenido su apoyo fundamental”, acotó.
Apuntó que la Arquidiócesis de Caracas es quien tendrá a cargo la causa de Esperanza Bianccini.
“Una causa que comienza a ver un poco el horizonte de hacia dónde va. Sobre un posible decreto de venerabilidad, de beatificación”, precisó.
De igual modo, explicó que el caso de la Sierva de Dios (María Esperanza Bianchini) se encuentra en la fase diocesana.
Causa abierta por "virtudes heroicas"
El clérigo señaló que el camino hacia la santidad de una persona comienza con el legado y memoria colectiva que deja tras su paso existencial por el mundo.
Sus acciones pueden generar por un lado la fama de santidad, que es la opinión común en el “pueblo de Dios” de que una persona vivió de manera santa y heroica.
“Queda en la memoria del pueblo santo de Dios. Haber muerto en olor de santidad, genera fama de santidad y se mantiene en el tiempo histórico”, dijo Barrachini.
Es decir, que a pesar de los años hay personas que se mantienen haciendo peregrinaciones al lugar de la sepultura del candidato, según refirió el sacerdote.
Por otro lado, hay celebraciones litúrgicas en torno al nacimiento o a la muerte del candidato.
También está la fama de signo. Esto significa que la gente acude al candidato a santo para pedir gracias particulares.
“En el caso de la Sierva de Dios, la fama de santidad existe, pero no está ligada al tema de las apariciones de Betania, sino que está ligada a María Esperanza, en tanto y cuanto es madre, esposa y abuela, y también como una testigo de la fe”, subrayó.
El padre Barrachini aseguró que el hecho de que María Esperanza Bianchini haya sido testigo de las apariciones de la virgen no es lo que la hace santa.
“Lo que la hace santa y lo que el pueblo de Venezuela percibe y ve en ella como una mujer digna de ser elevada a los altares es que vivió una vida heroica en las dimensiones que Dios la llamó a actuar”, afirmó.
María Coromoto Bianchini, hija de la Sierva de Dios
María Coromoto Bianchini es la quinta de siete hermanos, seis hembras y un varón.
Destacó que su mamá fue una mujer normal que a la par de criar y educar a sus siete hijos pudo sobrellevar una vida de evangelización.
“Mantuvo lo que se llamaría una iglesia doméstica. De la mano siempre de la Iglesia, una mamá completa, una esposa completa y también como madre espiritual que con su don del consejo siempre tuvo una palabra oportuna para todos”, describió.
Reacciones de la familia
María Coromoto Bianchini aseveró que su madre dejó una estela de santidad, en su rol de mamá y de buena vecina y ser humano que siempre vivió avocada a los demás.
“Este es un regalo que no es para nuestra familia, sino un regalo para la iglesia universal. Nos enseñó a cómo vivir en su vocación de manera extraordinaria”, esbozó.
Manifestó que para toda la familia significa una alegría y un gozo muy grandes que María Esperanza Bianchini sea considerada como una posible beata venezolana.
“También sentimos una gran responsabilidad y siempre recordamos lo que nuestra madre nos decía: ‘Hay que tener un pie en la Tierra y otro en el cielo’”.
Amiga y compañera de la fe
Andrea de Liscano, miembro de la Espiritualidad de Betania, tuvo el privilegio de conocer en vida a María Esperanza Bianchini.
Narra que sus oportunidades de compartir con la Sierva de Dios se traducen en una experiencia personal y familiar.
“Fue una vivencia de reconciliación, de rescate familiar. Veníamos de una familia dividida y su ejemplo y apoyo nos dio esperanza”, afirmó.
Agregó que María Esperanza Bianchini los enseñó a concretar una vida de unidad y de lecciones basadas en las enseñanzas del Señor.
“Con ella aprendimos a abrazar las doctrinas de la Iglesia. Nos enseñó a amar a Jesús y a la Virgen María”, resaltó.
VIDEO: La Conversa 2.0 sobre la nueva beata venezolana
¿Cuándo se abrió la causa?
El 31 de enero de 2010 en la catedral católica de San Francisco de Asís en Metuchen, Nueva Jersey, la causa para la beatificación y canonización de María Esperanza fue abierta.
La persona a cargo fue el obispo Paul Bootkoski de la diócesis de Metuchen que, en este acto, le dio el título de Sierva de Dios.
Las apariciones marianas de María Esperanza fueron aprobadas por el obispo local.
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