Diario 2001
Los derrumbes de viviendas y calles en Altavista comenzaron con las lluvias en 2010. Los afectados fueron atendidos por el gobierno local y nacional, mientras los aguaceros seguían, incluso un año después de que cerca de 260 familias perdieran su casas.
En el presente, la realidad es otra. Escombros, casas a la mitad, y pasos a riesgo forman parte del día a día de quienes no fueron a refugios.
Ilse Ebrea, vecina de las calle San Pedro, una de los sectores más afectados, asegura vivir preocupada y que desde que uno de los tramos cayó, su hermano y otro vecinos se las ingeniaron para improvisar un acceso. Señala que pese a los llamados, nadie más ha atendido a la comunidad.