Abril es el mes de concientización sobre el Trastorno de Espectro Autista (TEA) y especialistas aseguran que en Venezuela se maneja “muy poca información” sobre este trastorno que afecta a uno de cada 160 niños a nivel mundial, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Roma Sarmiento, gerente general de la Fundación Autismo Dejando Huellas, señaló que “la información es escasa. Está centralizada en los equipos terapéuticos y no existe una regulación en las campañas publicitarias o redes para separar las intervenciones basadas en la evidencia de los tratamientos, alternativas, y salvaguardar la calidad terapéutica”.
En cuanto a cómo la situación económica del país afecta a las personas que padecen autismo, Sarmiento explicó que existen numerosos centros de atención para personas con alteraciones en el desarrollo en la infancia y adolescencia, pero que estos son entes privados, por lo que sus costos “dejan por fuera a la mayoría de la población”. “Es así como la crisis económica está propiciando consecuencias graves en la atención privada”, comentó.
Además, agregó que esto se agrava “con los escasos servicios de atención pública, que en su mayoría no son especializados”.
No hay que subestimarlos
Por su parte, la gerente general de la Fundación sugiere que se evite la subestimación de las personas que padecen de este trastorno, el cual no es una enfermedad sino una alteración compleja en la variación de desarrollo neuronal, que se caracteriza por los desafíos que crean en este grupo en cuanto a las habilidades sociales, comportamientos repetitivos, habla y comunicación no verbal.
Sarmiento asegura que se debe dejar de lado los estereotipos al momento de incluir a ésta población en alguna actividad “por lo que es importante la formación en neurodiversidad en cualquier especialidad que decida ofrecer un escenario inclusivo”.
OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refleja que la atención a las personas con autismo debe ir acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social para lograr mayor accesibilidad, inclusividad y apoyo.
Los científicos y doctores no han dado con la causa de este trastorno y señalan que “lo más probable” es que sea una condición genética, sin embargo, afirman que no es hereditaria.
Años atrás se manejaba la teoría de que las vacunas originaban “un tipo de autismo” y se les recomendaba a los padres no inmunizar a sus hijos de virus como el sarampión, la parotiditis y la rubéola. Sin embargo, varios estudios reflejan que esto es solo un mito sin fundamentos científicos.
La OMS reseña que las personas con autismo a menudo son objeto de estigmatización y discriminación, que incluye la privación injusta de atención de salud, educación y oportunidades para participar en sus comunidades.
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