Por Lusymar Blanco
La experiencia del físico, matemático y científico venezolano el Dr. Alberto Milá de la Roca (1918- 2012), al vivenciar junto a su familia la enfermedad y muerte de su madre, entre 1970 y 1972, lo llevó a investigar porque “le horrorizaba la idea de que alguno de los miembros de la familia pudiera enfermarse con cáncer porque a pesar de contar con los recursos económicos, no era mucho lo que se podía hacer una vez diagnosticado”.
Así comienza la historia contada por Carmen Milá de la Roca (Carmencita, como prefiere ser nombrada), hija del Dr. Milá de la Roca, a 10 años de su deceso, quien afirma que fue después de varios años y de muchos estudios llevados a cabo por su padre, que en 1981 se produce el descubrimiento de una proteína, que luego llamarían N – 102. “Parecía totalmente inocua y tenía un gran poder de regeneración, comenzamos a probar toxicidad de lo que teóricamente era la solución, parecía increíble lo que lograba hacer para revertir el problema del cáncer y sobre la marcha observamos que funcionaba para corregir otros desgastes en diferentes tejidos, ordenaba el trabajo celular y controlaba funciones orgánicas, volvía la salud”, asegura.
Familia
La experimentación se remonta a 1976 en una finquita en Nirgua con animales enfermos con buenos resultados; luego llegaron a Caracas, después a Merecure en 1989, que era un centro de operaciones porque quedaba cerca de Caracas. Ahora en Caracas es donde puede adquirirse. Carmencita precisó que Merecure “era un campo donde podíamos seguir investigando y trabajar con otros problemas veterinarios”. Relata la hija mayor de los Milá de la Roca, que junto a su madre (Marlly Giménez de Milá de la Roca) y sus tres hermanos (José Gregorio, Zoar y Simón Alberto), participaban en familia en las investigaciones y experimentos del físico.
Genética
Sobre la relación de la física con la genética, Carmencita puntualizó: “en el cáncer, al igual que otras enfermedades, el origen real está en las fallas físico-matemáticas que ocurren en la codificación del ADN y el ARN mitocondrial”.
N-102
La proteína es un suplemento alimenticio de elevado valor nutritivo de fácil digestión y absorción, cancela la entropía y el desorden celular, restablece los valores de la energía facilitando el trabajo de reconstrucción celular, revela Carmencita, quien enfatiza la necesidad de consumir proteína animal en la dieta para ayudar al cuerpo a reparar células y producir nuevas. “No es una medicina, es un alimento capaz de regenerar tejidos”, aclara.
Testimonios
El entrenador de la Superliga Profesional de Baloncesto, Jesús Cordovéz, toma la N-102 desde hace más de 2 décadas. Tenía una artrosis en la cervical y una desviación de la columna en la región lumbar, “me dijeron que con esta proteína me podía curar. Fui a Merecure, me recetaron la proteína por un período y me fui curando, se fue regenerando el tejido hasta ahorita”, aseguró. Para Cordovéz la proteína ayuda a aumentar la masa muscular y aumenta la capacidad de resistencia anaeróbica y aeróbica. “Tengo 69 años y la gente dice que no los aparento”.
Ana de Castro afirma que logró el objetivo de sanación de su hijo quien padeció de un osteosarcoma. Para ella la proteína N-102 revirtió el proceso, aseguró, “hasta estabilizar, equilibrar todo su cuerpo sanando completamente”.
Carmencita es quien prosigue la labor iniciada por su padre, a través de la Organización Milá de la Roca, junto a la familia. Orientación a través del 412-2941384.
Efeméride
Hoy 7 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Física Médica, en el natalicio de Marie Curie (1867), reconocida científica, pionera en lograr grandes avances en el campo de la radiactividad que aportaron al tratamiento de enfermedades como el cáncer.
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