La bibliotecaria Aline Tavella y su esposa Camila Souza, periodista, tenían 13 años juntas y llevaban tiempo planeando la llegada de un bebé.
En 2022, cuando Aline se quedó embarazada por reproducción asistida, Camila pensó en someterse a un tratamiento médico para generar leche y así amamantar al niño incluso sin haber pasado por el embarazo.
Camila consultó a profesionales que la ayudaron en su camino y le explicaron que probablemente tendría menos leche que la futura mamá, pero que aun así podría contribuir a la alimentación del bebé.
"Empecé sin muchas expectativas, pero la inducción me funcionó muy bien. Las primeras gotas de leche aparecieron a los nueve días de empezar el protocolo, algo que sé que no les ocurre a todas las que lo intentan", describe Camila.
Durante el embarazo, se elevan los niveles de las hormonas estrógeno y progesterona para mantener la viabilidad del embarazo e inhibir la producción de leche antes de la llegada del bebé.
En el momento del parto, la placenta -principal fuente de estas hormonas- es expulsada y la prolactina, hormona responsable de estimular la producción de leche, tiene vía libre para realizar su función en el organismo.
Tanto para las mamás que son biparentales como para las que adoptan un niño, conseguir una lactancia inducida, consiste en imitar el mismo proceso biológico que se produce en una persona embarazada.
TERAPIA HORMONAL Y SUCCIÓN SON ESENCIALES
El médico puede prescribirle una terapia hormonal, con estrógenos y progesterona, para imitar los efectos del embarazo, acompañada de algún medicamento con galactagogo -una sustancia que favorece la lactancia-.
Entre los grupos contraindicados se encuentran quienes han padecido trombosis venosa profunda, cardiopatías, hipertensión no controlada, antecedentes de ictus, cáncer de mama u otros cánceres sensibles a las hormonas.
La parte más esencial del proceso es la succión. Tanto, que incluso sin hormonas, permite tener un buen resultado, de acuerdo con la pediatra Honorina de Almeida, especialista en lactancia materna.
La succión -sea del bebé o simulada- es necesaria para liberar prolactina, que actúa para producir leche, y oxitocina, la "hormona del amor", que provoca contracciones en los conductos mamarios para que la leche sea empujada hacia los pezones.
"Es importante mencionar que la cantidad de leche producida por esta madre puede no ser la misma que la de la madre biológica, ya que ella pasó por el proceso de maduración mamaria durante el embarazo", recuerda Renata Iak, enfermera obstétrica y consultora en lactancia materna.
En el caso de Camila y Aline, la leche de la madre no gestante fue suficiente y necesaria, ya que su mujer Aline producía poca cantidad tras tener complicaciones en el parto.
Con información de BBC News Mundo
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