2001.com.ve | EFE (Gloria Casares)
"Como yo no hay nadie", dice el español Francisco Núñez Olivera que, con 112 años y tras la muerte del israelí Yisrael Kristal, puede presumir de ser el hombre más longevo del mundo gracias a una vida sana y tranquila, estos días alterada el aluvión de felicitaciones.
A cuatro meses de cumplir 113 años, Núñez Olivera, natural de Bienvenida, un pueblo de Badajoz (centro-oeste), ha compartido, en una entrevista a Efe, la alegría que siente por este reconocimiento.
Agricultor de profesión, siempre ha residido en su pueblo natal y se define como una persona sencilla, de vida tranquila y costumbres fijas, entre las que no faltaban pasear y jugar la partida de cartas con los amigos en el bar.
Ahora, sentado en una silla de ruedas, en el comedor de una casa de anchos muros con los que puede esquivar algo el sofocante calor del verano, a Francisco le gusta recibir visitas.
Siempre ha sido un hombre con carácter, pero de buen corazón y hábitos saludables; por eso, ya jubilado, seguía acercándose a su parcela en el campo para trabajar un rato, cuenta emocionada su hija María Antonia, de 81 años.
"Hasta los 107 años ha estado andando solo por la calle. Cuando se cansó de la partida (de naipes) se iba a las esquinas a hablar con la gente, porque le encanta hablar", relata María Antonia.
Su familia tiene claro que el éxito de su longevidad, además de la genética (tiene un hermano con 95 años y una hermana con 93), es porque "ha vivido la vida como le ha apetecido y muy sana". En su dieta, basada en las verduras y las legumbres que él mismo cultivaba en el campo y algo de embutidos caseros, "nunca le faltaba el chato (vaso) de vino. Eso también", dice su hija.
"Todavía estoy aquí" y "¿Ya os vais?", dice este veterano de la vida a quienes le visitan y se van con la esperanza de que pueda celebrar un cumpleaños más el día 13 de diciembre.
2017-08-24