Domingo 15 de Diciembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

La mujer que hablaba con un delfín

Jueves, 19 de junio de 2014 a las 07:30 pm
Suscríbete a nuestros canales

BBC

Ella dice que Peter, el delfín, no pronunciaba bien, pero sí sabía imitar la entonación, las inflexiones de su voz.

Palabras simples, repetidas una y otra vez, durante nueve meses inolvidables, intentando algo que nadie más había hecho antes, ni volvería a hacer después.

Margaret Howe Lovatt tenía veintitantos años cuando formó parte de uno de los experimentos más extraños en la historia de la ciencia.

Así fue como conoció a Peter en 1964, en un laboratorio en las Islas Vírgenes que recibía el nombre de "Casa del Delfín".

La fascinante historia de Lovatt, quien recuerda públicamente por primera vez aquella misión, se narra en el documental "La chica que hablaba con delfines", producido por la BBC.

"El proyecto se cerró rodeado de rumores y controversia, y Margaret eligió no hablar de ello durante 50 años", cuenta Christopher Riley, director del documental.

En el marco de la investigación sobre la comunicación entre especies, que también generaba esperanzas para la búsqueda de vida extraterrestre, la Nasa financió este peculiar proyecto, dirigido por el neurólogo estadounidense John Lilly.

"Lo interesante es que se sabe desde tiempos de Aristóteles que los delfines pueden hacer sonidos de forma parecida a los humanos, a través de sus espiráculos (las pequeñas aberturas exteriores de las tráqueas), no por sus bocas", explica Riley a la BBC.

Si a eso se suma que los delfines tienes cerebros grandes, dice Riley, no es raro que a alguien se le ocurriera enseñarles a hablar.

Y ese alguien fue Lilly, famoso también por su experimentación con LSD.

En la Casa del Delfín y al poco tiempo de empezar, las lecciones que Lovatt daba a Peter se convirtieron en una experiencia mucho más intensa.

"Su idea fue acercarse de la misma forma que una madre o una maestra le enseñaría a hablar a un niño, y para hacerlo debe haber una inmersión en el lenguaje 24 horas al día. Así que inundó la casa para poder vivir con Peter y conseguir que hablara", relata Riley.

Lovatt no tenía una formación científica, pero ella había llegado al laboratorio por curiosidad y ahora estaba completamente dedicada a la tarea de comunicarse con Peter.

Cada día se grababan las lecciones para observar los progresos del joven delfín, y esos registros se guardaron en una buena cantidad de cintas de magnetófono.

Lovatt explica en el documental cómo era su método.

"Yo hablaba normalmente con una sola palabra, y hacía una inflexión, algo que él pudiera seguir", explica Lavett.

"En eso era muy bueno, la enunciación no era buena

Según su relato, el animal sí podía imitar las inflexiones de su voz, algo que corrobora Riley.

"No creo haber oído un ejemplo de Peter entrando y diciendo espontáneamente ‘Hola Margaret’, pero él lo decía a menudo después de que ella lo hubiera dicho, era una imitación muy buena, su pronunciación no era buena, pero sí su entonación, su inflexión, y se identificaban algunas sílabas", cuenta Riley, quien para producir su documental escuchó innumerables horas de las grabaciones de las lecciones de Lovatt y Peter.

"Margaret cree que si el experimento hubiera durado más tiempo, habrían podido ir más lejos, pero en el período de 9 meses que duró, él solo fue un muy buen imitador", señala el director.

2014-06-20