El búlgaro Grigor Dimitrov destrozó en el Masters 1.000 de París al ruso Daniil Medvedev, tres del mundo, que una vez más se enrocó con el público francés y que, tras amagar la remontada, acabó perdiendo por 6-3, 6-7(4) y 7-6(2).
Un día después de que último Masters 1.000 del año perdiera al favorito número 2, el español Carlos Alcaraz, también vio despedirse a las primeras de cambio del número 3, que volvió a desconcentrarse por sus peleas con la grada, algo que le ha sucedido también en Roland Garros.
Medvedev se quejó del ruido de los espectadores, hizo gestos provocativos e, incluso, se negó a servir hasta que no se hiciera el silencio, lo que le valió una advertencia del árbitro por pérdida de tiempo.
Medvedev se pelea con el público
El partido entró entonces en un momento eléctrico, el ruso logró igualar tras tener siete bolas para anotarse el segundo set, que logró tras el altercado con el público y tras romper una raqueta contra el suelo. Y, en un claro gesto de desprecio a la grada, jugar un punto con ella rota.
Pero en el tercer set fue víctima de la desconcentración y cedió ante un rival, 17 del mundo, al que había derrotado este año en tres ocasiones, la última la pasada semana en Viena. Hasta seis bolas de partido remontó el ruso antes de hincar la rodilla.
Vendió cara su piel. En la tercera manga llegó a ir perdiendo 5-2 y, con 5-3, levantó cuatro bolas de partido, algunas con una gran frialdad. Otras dos más tuvo el búlgaro con 6-5, pero el ruso logró forzar el juego de desempate en el que, sin embargo, ya vio agotada su capacidad de resistencia.
Dimitrov avanza
Dimitrov, de 32 años, venía de alcanzar las semifinales de Chengdu, los cuartos de Pekín y las semifinales del Masters 1.000 de Shangai, mientras que en primera ronda en París superó en tres sets al italiano Lorenzo Musetti, demostró que atraviesa un buen momento de forma.
Es la décima vez que el búlgaro derrota a un top10, la segunda en menos de un mes, ya que derrotó a Alcaraz en el pasado Masters 1.000 de Shangai.
El número 3 del mundo, que tras la eliminación de Alcaraz era el principal rival para evitar que el serbio Novak Djokovic sume una séptima corona a orillas del Sena, llegaba tras haber alcanzado dos finales desde la que perdió en el Abierto de Estados Unidos contra el número 1, las de Pekín y Viena, en ambos casos derrotado por el italiano Jannik Sinner.
Y buscaba su sexto torneo del año, su tercer Masters 1.000, tras los de Roma y Miami.
Pero el divorcio con el público de París, que ya le jugó algunas malas pasadas en Roland Garros, volvió a pasarle factura, junto con el buen momento de un Dimitrov que mostró calma y veteranía y que no se derrumbó tras ceder la segunda manga.
Semifinalista en 2019 en París, Dimitrov se medirá en octavos contra el kazako Alexander Bublik, que este martes venció en segunda ronda al chileno Nicolás Jarry.
Sorprendente también la eliminación de estadounidense Tommi Paul, duodécimo favorito, a manos del neernaldés Botic van de Zandschulp, procedente de la fase previa, 6-4, 2-6 y 6-3, que suma así su quinto triunfo del año contra un top20.
El 60 del mundo, de 28 años, no se derrumbó cuando Paul remontó el primer set y mantuvo alto su juego de servicio para anotarse un partido que le coloca en octavos de final, donde se medirá contra el ruso Andrey Rublev, quinto favorito.
Es el segundo neerlandés en esa ronda, junto con Tallon Griekspoor, que tras derrotar al español Alejandro Davidovich se medirá frente al ganador del duelo entre Djokovic y el argentino Tomás Martín Etcheverry.
EFE
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