El agente a sueldo de los servicios secretos búlgaros que en 1978 mató a un disidente comunista en Londres usando un paraguas-pistola reside en Austria, donde trabaja como anticuario, según informó hoy la agencia APA.
Francesco Gullino, señalado como el agente de la entonces Bulgaria comunista que acabó con la vida del periodista y disidente búlgaro Gueorgui Markov, reside en la ciudad de Wels, a 200 kilómetros de Viena, y se dedica al comercio de antigüedades, indicó esa fuente, que cita a su vez a diarios británicos.
La muerte de Markov es considerada aún como uno de los asesinatos políticos más espectaculares de la "Guerra Fría" por la forma, al más puro estilo de película de espías, en que fue ejecutado.
El 7 de septiembre de 1978, mientras esperaba en una parada de autobús del puente londinense de Waterloo, Markov sintió que un extraño le había pinchado accidentalmente, según creyó, con un paraguas.
Al disidente se le había inoculado en la pierna con una cápsula de la toxina ricina, que le causo la muerte por envenenamiento días después.
Según APA, la Policía austríaca no actuará de momento ya que no existe ninguna orden internacional de detención contra Gullino.
Un anticuario de la ciudad de Wels explicó a APA que conoce a Gullino desde hace 20 o 25 años y que lo ha visto a menudo en esa ciudad, aunque no tenía constancia de que su nombre se vincula con un asesinato.
Según ese anticuario, el supuesto agente búlgaro es un "hombre amigable que habla varios idiomas".
Gullino fue ya interrogado en febrero de 1993 en Copenhague por detectives británicos y daneses, que habían recibido un chivatazo que le relacionaba con el asesinato del disidente.
El agente admitió que era un espía, pero negó tener algo que ver con el asesinato, y fue dejado en libertad.
Meses después vendió su casa y desapareció, sin que se haya tenido noticia de él hasta ahora. /EFE