Agencia DPA
Tras más de 15 horas de negociación y 12 días de huelga, las empresas concesionarias del servicio de limpieza de Madrid y los sindicatos llegaron a un acuerdo que pone fin al paro que ha llenado de basura la capital de España y devuelve a los barrenderos a las calles.
Finalmente no habrá ningún despido -las empresas habían anunciaron más de un millar- pero a cambio se llevará a cabo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para la plantilla de 45 días de suspensión de empleo por año hasta 2017 y bajas incentivadas con indemnizaciones de 30 días y un máximo de 24 mensualidades.
El acuerdo también incluye la posibilidad de que los trabajadores del servicio de limpieza viaria y jardines puedan acogerse a excedencias de diez años con una indemnización del 75 por ciento del salario bruto anual o de cinco años por los que percibirían en el 50 por ciento.
Los trabajadores tendrán que ratificar el acuerdo en asamblea para desconvocar la huelga de forma oficial.
Tras un primer acercamiento en la madrugada del sábado, que se tradujo en un preacuerdo, las partes volvieron a alejarse ayer durante una tensa jornada en la que la organización sindical CCOO llegó a levantarse de la mesa de negociación y en la que cada vez se veía más lejano el fin de la huelga.
Finalmente, tras el acuerdo, los sindicatos expresaron su satisfacción y destacaron la "unidad y al esfuerzo de todos los trabajadores y sindicatos" de los servicios de limpieza.
Durante los 12 días de huelga se mantuvieron firmes y descartaron cualquier propuesta que incluyera despidos o rebajas salariales.
El paro arrancó el pasado 5 de noviembre, después de que las empresas que se adjudicaron el contrato municipal del servicio de limpieza el pasado mes de agosto anunciaran 1.134 despidos en una plantilla de 6.000 trabajadores.
Los efectos pronto empezaron a notarse en la capital de España, donde la basura desbordó las papeleras y contenedores e hizo intransitables algunas calles del centro de la ciudad.
La presión de los ciudadanos y de su propia formación política, el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, llevaron a la alcaldesa Ana Botella, en el punto de mira por la gestión del conflicto, a dar un ultimátum de 48 horas a las empresas para llegar a un acuerdo.
Trascurrido el plazo, el consistorio asumió los servicios mínimos de la huelga, cuyo incumplimiento había denunciado, a través de una empresa que quitó de las calles de Madrid, durante la jornada de ayer, cientos de toneladas de desechos.
La huelga de limpieza ha tenido repercusión en la imagen exterior de Madrid, afectada ya por un descenso del número de visitantes. Las imágenes de montones de basura en el centro de la capital española han dado la vuelta al mundo.
Domingo, 17/11/2013