AFP
Los cuerpos de las víctimas del accidente aéreo en Colombia que dejó 71 muertos, casi todos miembros del club Chapecoense que iba a jugar la final de la Copa Sudamericana, eran repatriados este viernes, en su mayoría a Brasil, donde se organiza un masivo funeral.
Más de 100.000 personas se estima que asistirán el sábado a la ceremonia prevista en la pequeña ciudad de Chapecó (sur de Brasil) para honrar a sus héroes.
En en el homenaje estarán el mandatario brasileño, Michel Temer, y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que este viernes suspendió un viaje a Australia para poder viajar a Chapecó.
En Medellín, destino del vuelo chárter que se estrelló el lunes con 77 personas a bordo, avanzaba el envío a sus respectivos países de los restos de los futbolistas, directivos del club, periodistas y tripulantes muertos en una tragedia que ha conmocionado al mundo.
El primer repatriado fue un ciudadano paraguayo, informó la cancillería colombiana, que indicó en un comunicado que prevé que este viernes culmine el proceso de retorno a sus respectivos países del resto: 64 brasileños, cinco bolivianos y un venezolano.
La última salida en vuelos comerciales y militares estaba agendada para las 18H00 (23H00 GMT), según fuentes oficiales.
"Lo que más se quiere ahora es salir para casa, llevar a nuestra casa a nuestros amigos y hermanos, porque la espera es la peor cosa que se tiene", dijo Roberto Di Marche, primo del fallecido directivo del cuadro brasileño Nilson Folle Junior.
"Estoy en shock"
Las seis personas que sobrevivieron milagrosamente al choque – tres futbolistas y un periodista brasileños y dos tripulantes bolivianos – permanecen internados en clínicas cerca de Medellín.
"Estoy en shock", dijo Ximena Suárez Otterburg, la azafata boliviana que fue rescatada con lesiones pero consciente en el lugar del accidente, un paraje remoto a 50 kilómetros al suroeste de Medellín, la ciudad colombiana donde el Chapecoense debía medirse el miércoles pasado ante Atlético Nacional por el partido de ida de las finales de la Sudamericana.
"Dios no puedo explicar el dolor que siento", escribió en su cuenta en Facebook desde la Clínica Somer de Rionegro acompañada de fotos con varios de los miembros de la tripulación del avión de la compañía Lamia, de matrícula boliviana, que fallecieron al estrellarse contra las montañas.
Este viernes se conoció un video en el momento en que la policía colombiana rescata al técnico boliviano Erwin Tumiri, también hospitalizado en la Clínica Somer.
"¡Alex! ¡Ángel!¡David! ¿Dónde está mi tripulación", pregunta el hombre, visiblemente desorientado, a los policías que le piden que guarde energía y no se desgaste, mientras lo evalúan y trasladan a un centro médico.
Según la cancillería colombiana, Tumiri será trasladado este viernes "una vez dado de alta por el centro médico en el que se encuentra".
Además de Suárez y Tumiri, sobrevivieron los defensores Alan Ruschel y Hélio Neto, y el guardameta Jackson Follmann, así como el periodista Rafael Henzel.
"Que se investigue"
El avión que cubría la ruta Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) – Rionegro (Colombia) se accidentó antes de llegar al aeropuerto José María Córdova, que sirve a Medellín, por falta de combustible, según la principal hipótesis de los investigadores.
La licencia de vuelo de Lamia fue suspendida por el gobierno de Bolivia, que inició una investigación sobre el siniestro. Las autoridades sospechan de normas laxas en el control aéreo.
El propio presidente boliviano Evo Morales pidió en una rueda de prensa este viernes "que se investigue" todo lo relacionado con la compañía aérea.
Morales aseguró que no interferirá en la investigación de la empresa Lamia, cuyo director general, Gustavo Vargas, fue piloto del mandatario durante su Presidencia pero también en los años 1980, cuando era dirigente sindical.
Vargas ya admitió que la nave incumplió el plan de reabastecimiento de combustible en Cobija, ciudad boliviana fronteriza con Brasil, o en Bogotá.
"No sé exactamente qué pasó, qué hizo o qué no hizo. Lo único que sé es que (él y el piloto) estaban preocupados por salvar las vidas, nada más", dijo en entrevista con la AFP, Bruno Goytia Gómez, hijo de 18 años del copiloto del accidentado avión, Ovar Goytia.
Acongojado, contó que su padre había transportado a decenas de equipos de fútbol, entre ellos las selecciones de Argentina, Bolivia y Venezuela.
También clubes como el paraguayo Sol de América, equipos bolivianos y al mismo Atlético Nacional de Medellín, el rival de Chapecoense en la final del torneo continental que nunca se jugó.
"Me da mucha pena que se hayan ido de esta forma. Muy buena gente, amigables, con la felicidad sumamente alta", dijo sobre los fallecidos futbolistas, a quienes recuerda riendo, cantando y tomando mate.
El trágico choque cortó las aspiraciones del modesto Chapecoense, un club fundado hace 43 años y que trepó deportivamente desde 2009 hasta alcanzar la cúspide del fútbol regional.