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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció el miércoles que las recientes protestas de la derecha, que se opone a proyectos legales sobre la redistribución de la riqueza, contemplaban un asalto al palacio presidencial.
"Lamentablemente tenemos claros indicios de que los golpistas intentarán tomarse Carondelet (…) Quieren en base a la violencia derrocar a un gobierno de inmenso apoyo nacional e internacional", expresó el Presidente Correa, reelecto con 57 % de los votos en 2013.
Correa llamó al pueblo ecuatoriano a mantenerse firme ante los intentos de desestabilización social que forman parte de un golpe blando, acciones que se asemejan a los intentos perpetrados por la derecha en Venezuela.
“Fracasaron la semana anterior, lo intentarán mañana. Nosotros, a repletar la Plaza Grande con música y alegría, pacíficos, pero firmes ¡Somos más, muchísimos más! Intentan al menos mantenernos en enfrentamientos permanentes, como lo hicieron en Venezuela. No lo lograrán”, sostuvo.
El Presidente ecuatoriano denunció que detrás del intento golpista están Mario Pazmiño, coronel retirado del Ejército, a quien vinculó como cercano a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), y César Carrión, coronel que era director del hospital policial donde Correa estuvo secuestrado en 2010, en medio de otra intentona golpista en su primer período de gobierno.
Por más de dos semanas la oposición ecuatoriana ha mantenido una serie de protestas, que se han focalizado en Quito y Guayaquil, en contra de dos proyectos de ley que buscan regular las ganancias extraordinarias fruto de la especulación con la tierra y los impuestos a las herencias.
Las movilizaciones han continuado a pesar del reiterado llamado a diálogo por parte del Gobierno y tras la decisión anunciada por Correa de retirar temporalmente los proyectos para generar una discusión popular sobre los mismos. AVN.
2015-07-02