EFE
La suspensión de su cargo del secretario general del Congreso Nacional Africano (CNA, gobernante en Sudáfrica desde 1994), Ace Magashule, por presunta corrupción, abrió una grave crisis en el oficialismo sudafricano al intentar el sancionado político suspender también al presidente, Cyril Ramaphosa.
Según confirmó en propio CNA durante la pasada noche en un comunicado, el partido recibió este miércoles una carta de Magashule en la que no solo rechazaba por "inconstitucional" su propia suspensión, sino que a su vez, como secretario general, declaraba suspendido de su cargo como líder del movimiento al propio Ramaphosa (quien es presidente tanto del país como del bloque político).
"El presidente del Congreso Nacional africano no está suspendido", contestó rotundo esta mañana el portavoz del CNA, Pule Mabe, en declaraciones al canal televisivo Enca.
"Las decisiones se mantienen", recalcó Mabe respecto a la suspensión de Magashule, antes de añadir que el comité ejecutivo del partido, que se reunirá este fin de semana, analizará y responderá al desafío del sancionado dirigente.
Con su maniobra, Magashule no solo busca esquivar su propia suspensión sino alimentar la guerra de facciones que el oficialismo sudafricano atraviesa especialmente desde la ascensión de Ramaphosa al liderazgo del antiguo movimiento de liberación (a finales de 2017) y que tiene en su núcleo mismo la lucha contra la corrupción.
Magashule está formalmente acusado de una veintena de cargos que incluyen corrupción, lavado de dinero y fraude, por su presunto papel en la asignación de un contrato fraudulento millonario de auditoría de unos nocivos tejados de asbesto en 2014, en la provincia del Estado Libre (centro), donde ejercía como jefe del gobierno local.
Por ese caso se le impuso una orden de detención en noviembre de 2020, si bien la Justicia le otorgó posteriormente la libertad condicional.
En ese contexto, y tomando de base una nueva regla interna del CNA promovida por Ramaphosa en marzo pasado para obligar a cualquiera acusado de crímenes graves a dejar sus cargos al menos hasta limpiar sus nombres, el partido notificó esta semana oficialmente a Magashule su suspensión.
La medida mandaba un importante mensaje sobre el avance de las reiteradas promesas del presidente sudafricano de combatir la corrupción, una meta que él mismo considera clave para que el oficialismo pueda conservar el poder y la popularidad a medio plazo.
Ramaphosa, de hecho, ascendió a la Jefatura de Estado después de que su predecesor, Jacob Zuma, fuera forzado a dimitir en febrero de 2018 por el propio CNA (con el partido ya liderado por Ramaphosa), tras nueve años de mala gestión y en medio de numerosos escándalos que aún se están investigando.
El CNA lleva gobernando desde 1994, cuando ganó las primeras elecciones democráticas y multirraciales de la historia de Sudáfrica bajo el liderazgo de Nelson Mandela, quien se convirtió en el primer presidente negro del país.
Desde entonces ha ganado todos los comicios generales con más del sesenta por ciento de apoyo.
2021-05-06
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