EFE
El Festival Richard Wagner de Bayreuth abrió hoy su elitista temporada con un "Parsifal" alusivo a la crisis de los refugiados y opacado por el miedo a un atentado, tras la trágica secuencia de actos violentos vividos en Baviera en la última semana.
Sin alfombra roja, sin recepción oficial con la elite política y sin la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, ni del líder bávaro, Horst Seehofer -ambos habituales en el templo wagneriano-, se inauguró hoy el certamen, en el viejo teatro fundado por el compositor en 1876.
Tampoco se contó con la presencia del "pueblo", ya que el vallado dispuesto para el nuevo dispositivo de seguridad en torno convirtió la Verde Colina en objetivo casi inexpugnable -salvo una decena de excepciones- para los turistas y lugareños que, año a año, acudían a ver la apertura de la temporada a la puerta del teatro.
Los responsables del festival y las autoridades de esta ciudad bávara renunciaron a la alfombra roja y a la recepción oficial, dos hitos en toda apertura de temporada, por respeto a "todas las víctimas de los últimos actos de violencia", según rezaba también un rótulo proyectado sobre el telón, antes de empezar representación.
Baviera se ha visto sacudida en una semana por tres ataques: el de un joven afgano armado con un hacha en un tren regional, que dejó cinco heridos y el agresor abatido por la policía; el tiroteo del viernes en Múnich, con diez muertos -incluido el atacante, un alemán-iraní de 17 años- y ayer el ataque suicida de un sirio, en un concierto al aire libre en Ansbach.
2016-07-25