DPA
Aunque no es más que una página, los "estándares para la reforma migratoria" discutidos hoy por los congresistas republicanos en su retiro en las afueras de Washington podría convertirse en un texto clave para un avance en esta materia que lleva décadas fracasando en Estados Unidos.
A continuación, algunos puntos clave del texto que se espera se conviertan en la base negociadora para una propuesta de ley migratoria de la oposición republicana en el futuro próximo.
En su "preámbulo", el documento reconoce que el sistema migratorio del país está "roto" y que las leyes "no se están implementando".
Pero deja claro desde el principio que la oposición republicana, que tiene la mayoría en la Cámara de Representantes, no va a aceptar una propuesta de ley integral como la que ya aprobó el Senado -de mayoría demócrata- el año pasado.
Por el contrario, afirma que "el problema del sistema migratorio debe ser resuelto mediante una estrategia paso a paso que comience con asegurar las fronteras del país, implementar las leyes existentes" y garantizar que las futuras normas en esta materia sean "robustas".
Lo que más ha sido destacado por los defensores de una reforma mmigratoria, que llevan más de medio año reclamándole a los republicanos que dominan la Cámara Baja algún tipo de acción en la materia, es el capítulo destacado a los 11,7 millones de indocumentados que viven en el país, la clave de cualquier reforma migratoria.
Aunque -como se esperaba- no prevén permitir el acceso a la ciudadanía de la mayor parte de los indocumentados, requisito hasta ahora innegociable de la Casa Blanca aunque está por ver cómo juega la baza ahora, sí prevé una vía a la legalización, algo considerado por analistas como un gran paso en un partido que hasta hace no tanto hablaba de "autodeportación" y rechazaba como "amnistía" cualquier gesto para sacar a los sin papeles de las sombras.
"No habrá un camino especial a la ciudadanía para los individuos que violaron las leyes migratorias de la nación, eso sería injusto para aquellos inmigrantes que han cumplido las reglas del juego y sería dañino a la hora de promocionar el imperio de la ley", señala al respecto.
Con todo, agrega, "esas personas podrían vivir legalmente y sin miedo en Estados Unidos, aunque sólo si están dispuestas a admitir su culpabilidad, superar rigurosas revisiones de antecedentes, pagar significativas multas e impuestos atrasados, hablar bien inglés y conocer la historia del país y ser capaces de mantenerse a sí mismos y a sus familias sin acceso a beneficios públicos".
De esta vía a la legalización -no especificada- estarán sin embargo excluidos "criminales, miembros de bandas y criminales sexuales".
Además, no habrá camino a la legalización alguno hasta que se hayan cumplido una serie de principios para reforzar el cumplimento de leyes.
En este sentido, el documento subraya que la seguridad fronteriza y la implementación de las leyes domésticas "deben venir primero".
Una excepción fundamental la constituyen los jóvenes popularmente conocidos como "dreamers" o "soñadores". Éstos son jóvenes que llegaron ilegalmente a Estados Unidos de pequeños traídos por sus padres y que cumplen ciertas condiciones, como cursar estudios superiores o servir en el Ejército, y que habrían logrado la legalización de haber tenido éxito una propuesta de ley específica que fracasó durante el primer mandato de Obama.
A este muy popular grupo, que ha sido especialmente activo en la lucha migratoria, el documento republicano sí prevé proporcionar una "oportunidad para obtener la residencia legal y la ciudadanía".