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La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana consternada local y nacionalmente ante el hallazgo de osamentas en la Penitenciaria General de Venezuela PGV, se dirigió ea los familiares de las personas privadas de libertad que perecieron en dicho centro; a los organismos del estado así como al pueblo venezolano.
- Considerando, que este terrible descubrimiento, traduce la vulneración a derechos fundamentales como la vida, y la presunción de penas, torturas y tratos crueles e inhumanos y degradantes, que atentan contra la integridad física, psíquica y moral de cualquier ciudadano.
- Considerando, que estas violaciones responden asimismo a actos delictivos previstos en nuestra legislación penal sustantiva y son perseguibles de oficio.
- Considerando de igual manera que tales hechos comportan penas de las más altas, contempladas en el Código Penal Venezolano nuestro y cuyas acciones penales que se ejerzan a los responsables son imprescriptibles.
- Considerando que este hecho sumado a otros similares en nuestra historia reciente en Venezuela y Latinoamérica, puede quedar ensombrecido por la impunidad que no solo violaría la dignidad de las víctimas fallecidas, sino la de sus familiares que esperan se determine las responsabilidades correspondientes, unidas a las sanciones e indemnizaciones que dé lugar.
Solicitamos:
- Al Poder Público Venezolano en sus diferentes instancias se avoque urgente, diligente, efectiva y sin retardo a las investigaciones pertinentes que conduzcan al esclarecimiento de la verdad.
- Al Ministerio Popular Penitenciario garantizar la integridad y la dignidad de los privados y privadas de libertad, para que no se repita una lamentable tragedia como esta que ha afectado a las familias de los privados de libertad fallecidos y enterrados en fosas comunes dentro de la PGV.
Invitamos
- A las organizaciones de la sociedad venezolana, exijan a nuestras autoridades la garantía de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, mejoren las condiciones de reclusión y las medidas de seguridad en los centros de reclusión.
- A la comunidad cristiana que eleve sus oraciones al Dios de la vida, para que acoja e introduzca en su gloria a nuestros hermanos fallecidos y consuelo a sus familiares.
Caracas 17 de marzo de 2017
Mons. Roberto Lückert
Arzobispo emérito de Coro
Presidente de la Comisión de Justicia y Paz de la CEV
Pbro. Dr. Saúl Ron Braasch
Vicario Episcopal de los Derechos Humanos de la CEV