Redacción 2001
Este año la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se enfoca en la alfabetización digital. Esto se debe a que consideran que las tecnologías están cambiando a un ritmo acelerado el modo en que las personas viven, trabajan, se instruyen y socialibilizan en todas partes del mundo.
Para este organismo las tecnologías ofrecen nuevas posibilidades a las personas para que mejoren en todos los aspectos de su vida, incluido en el acceso a la información, a la gestión de los conocimientos, a las redes, los servicios sociales, la producción y las diversas modalidades de trabajo.
No obstante, quienes carecen de acceso a las tecnologías digitales, a los conocimientos y a las habilidades y competencias necesarias para navegar por conducto de las redes, pueden quedar marginados en el seno de sociedades cada vez más digitalizadas.
Señalan que así como el conocimiento, las capacidades y las competencias evolucionan en el contexto de la era digital, también evoluciona el significado de ser alfabetizado de una forma integral.
Con el objetivo de reducir la carencia de capacidades y las desigualdades, la conmemoración de este año pone de relieve los desafíos y las oportunidades en la promoción de la alfabetización en la era digital, en un mundo en el que -a pesar de los esfuerzos y logros alcanzados- hay millones de adultos y niños que carecen aun de competencias básicas en lectoescritura.
Sin números. Hablar de cifras en el país pierde efecto cuando las últimas que fueron presentadas han perdido vigencia.
En el 2005, la Unesco declaró como un territorio libre de analfabetismo a Venezuela, esto según las cifras presentadas por el Estado tras dos años del lanzamiento del programa educativo “Misión Robinson” y método “Yo sí puedo”.
Lo último que se tiene sobre alfabetización es la información recabada en el último censo nacional venezolano hecho en 2011. Estas estadísticas ubican los niveles de alfabetismo 95,1%, para la población de 10 años y más, por lo que la tasa de analfabetismo corresponde al 4,9%. Esto implica que para ese año, había en el país 1.101.706 personas que no sabían leer ni escribir.
El Instituto de Estadísticas de la Unesco estima que para 2015 la población analfabeta venezolana era de 1.028.960 personas (para el grupo de edad de 15 años en adelante) con 542.159 hombres y 498.801 mujeres sin capacidad de leer o escribir. Esto resulta en una tasa de alfabetización de 95,4% (es decir: un 4,6% de analfabetismo). Los jóvenes entre 15 y 24 años cuentan con 125.213 analfabetas: 80.306 hombres y 44.907 mujeres, para una tasa de alfabetización de 97,73%. Además, el informe estima que 312.241 miembros de la tercera edad (65 años en adelante) no saben leer ni escribir, con una tasa de alfabetización de 83,98%.
Analfabetas funcionales. Olga Ramos, especialista y representante del Observatorio Educativo de Venezuela, hace referencia a que además de que no existen medidas (datos) de alfabetización recientes, lo indicadores que se utilizan para definir a la población analfabeta representa un error.
“Cuando se hace el censo se mide con la pregunta ¿Sabe usted leer y escribir? o ¿Saben los miembros del hogar leer y escribir? y esa pregunta en realidad no te dice nada”, consideró Ramos, agregando que en todo caso, la pregunta responde si la persona considera que sabe leer y escribir, lo cual no es lo mismo porque es una percepción del encuestado.
La especialista explicó que las personas pueden tener manejo o conocimiento sobre las letras pero, no tener comprensión lectora, lo que al final no sirve de nada por que lo importante de la compresión lectoescritora es que esto se incorpore a la vida del ciudadano, que sea parte de las competencias. De no ser así se está hablando de analfabetismo funcional.
En este punto se hace una crítica a los criterios utilizados para las estadísticas, porque en el país no se tiene una forma de evaluar que verifique efectivamente que la gente no sea analfabeta funcional, lo que quiere decir que las cifras de analfabetismo no son determinantes.
“Sí, es importante que las personas se incorporen a la tecnología porque en la actualidad es vital. Pero si la persona no puede procesar lo que lee o escribe ¿de qué le sirve? No puede llenar formularios bancarios, registrarse para aplicar a beneficios sociales o incluso inscribirse en cursos para ampliar su educación”, advirtió Ramos.
En este sentido señaló a que esta alfabetización tecnológica no tiene como objetivo que las personas sean eruditos en el uso de la tecnología, lo que busca es que tengan los conocimientos mínimos para acceder y poder resolver situaciones.
Es por esta razón que en la actualidad cuando sehabla de identificar a la población analfabeta, no se puede hablar solo de lo básico, sino de un analfabetismo contemporáneo.
Olga Ramos indicó que hay varios niveles de analfabetismo funcional, haciendo referencia de que incluso hay personas graduadas de bachillerato y hasta docentes que no están cien por ciento alfabetizados. Además, el hecho de que se tengan que utilizar misiones complementarias para alfabetizar a las personas habla del que sistema educativo del país no está funcionando o no está siendo inclusivo.