El pasado 17 de septiembre se impuso una nueva ordenanza en Edinburg, Texas que afecta directamente a los nuevos lavaderos de autos.
Esta norma surgió como respuesta a la grave crisis hidráulica que se vive en la actualidad en la región del Valle del Río Grande, dónde los niveles de agua alcanzaron mínimos históricos.
Esta medida que las autoridades han indicado que protege la salud pública y promueve la sostenibilidad, tiene fuerte impacto sobre el trabajo de muchos inmigrantes que suelen hacer lavado y limpieza de vehículos.
En este sentido, funcionarios de Edinburg, indicaron que los negocios dedicados a esta labor, consumen entre 1.7 y 3.5 millones de litros de agua al mes, por eso se ha implementado la ordenanza.
Asimismo, se impide la apertura de nuevos lavaderos de autos a menos de tres kilómetros de otro negocio existente. Por su parte, Edinburg cuenta con 16 de estos locales dentro de sus 70 kilómetros cuadrados.
Con información de La Nación
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