El creador de Facebook y dueño de Meta, Mark Zuckerberg, intensificó la tensión en su vecindario de Palo Alto, California, al distribuir auriculares con cancelación de ruido.
También entregó vino espumoso y donuts Krispy Kreme a las familias que viven cerca de su extensa obra de construcción para mitigar las quejas por el ruido de las obras, según informa New York Post.
Este gesto, que se pretendía conciliador, fue recibido con desdén por muchos residentes de Crescent Park. Los vecinos consideran que no mitiga el descontento acumulado por años de ruido, bloqueos y vigilancia incrementada.
La transformación del área en un complejo privado de más de $110 millones, que incluye casas de huéspedes y una escuela privada, generó un resentimiento palpable entre los vecinos.
Antecedentes
Desde que Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, comenzaron a adquirir propiedades en la zona hace más de una década, los residentes expresan su frustración.
Algunos vecinos califican los regalos de Zuckerberg como insultantes, argumentando que son un intento superficial de apaciguar a quienes se sienten invadidos.
Comentarios en redes sociales reflejan esta indignación, con usuarios que critican la desconexión de los multimillonarios respecto a la realidad de sus vecinos y cuestionan su sensibilidad ante el impacto de sus acciones en la comunidad.
Concesiones
Los residentes también señalan que la ciudad facilitó la expansión de Zuckerberg al aprobar numerosos permisos y permitir eventos privados con carteles de remolque.
Esta situación causa inconvenientes, como escombros en las calles y problemas de estacionamiento. A pesar de las objeciones y audiencias que intentan frenar el proyecto, la construcción continua.
Esto convirtió lo que comenzó como una casa de 5.600 pies cuadrados en un complejo altamente vigilado, simbolizado por una estatua de Chan, que representa la permanencia de esta transformación.
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