Rainner Márquez
Manejar el timón de un emporio levantado sobre el negocio de la sal ocupa la mayor parte de su tiempo. Sin embargo, Miguel Elías Tsoukatos es un empresario que también sabe moverse en otros ámbitos.
Desde pequeño los desafíos intelectuales son lo suyo: rompecabezas, aeromodelismo, barcos: "Esas cosas siempre fueron un reto. Las vi como una nueva oportunidad de desarrollar algo interesante; por eso en el pasado ideaba avioncitos o carritos y ahora lo que desarrollo son industrias, eso me llena bastante a nivel personal".
Las costumbres y los rituales también definen a este empresario que sabe dejarse seducir por las proteínas cocidas sobre el carbón. “Las parrillas me gustan bastante, no sólo las de carne sino también las marinas; nosotros hacemos un lebranche con pulpo a la brasa con una receta griega que es con aceite de oliva, limón y orégano, los ponemos a marinar dos horas antes de colocarlos directamente a la brasa”, afirma en tono convincente. Más adelante confiesa que mantiene viva la afición por los aviones. “Dejé el aeromodelismo porque me interesé en los de verdad, por eso me hice piloto, pero a pesar de ser una de mis pasiones llevo mucho tiempo retirado por cuestión de tiempo”, sentencia.
Lea mas el viernes 17 de julio en la edicion especial Aniversario 2001