Arnoldo Arcaya | [email protected]
Las agencias que buscan chicas y chicos jóvenes para trabajar en una oficina de prostitución ofrecen “full clientela” e ingresos superiores a los Bs 100 mil semanal; pero es como todo, según algunas encuestadas, la teoría no va de mano con la práctica. Dicen que pueden tener semanas “buenas” y “malas”. Además, el pago del cliente no es neto para ellos sino que se reparte mitad y mitad con el local.
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Al contactar alguna de estas empresas para ser parte de su “team” la compañía hace algunas preguntas de rigor: edad, estatura, contextura… A los hombres les consultas el tamaño y grosor, y a las mujeres talla de busto. En ambos casos afirman que las condiciones físicas son importantes.
También cuentan que deben ser “mente abierta”, aplicando el dicho “el cliente siempre tiene la razón”, y aseguran que deben cumplir exigencias “locas”. Experiencias homosexuales y tríos son de los más solicitados.
La pinta. “Gab. I” tiene 22 años de edad y trabaja en una de estas oficinas desde hace unos meses, afirma que ella invierte en ropa y maquillaje para verse “bien”. A veces usa poca tela, pues así “le gusta a los clientes”.
“A. F.”, quien trabaja por su cuenta, asegura que ella se viste “normal”, ni muy escotada, ni mostrando mucho, ella lo llama “vestirse elegante”.
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“En la calle no me veo así (como una trabajadora sexual)”, agregando que no es nada identificable y que solo se cambia cuando va a dar el servicio. Sí puede llevar una que otra prenda específica por debajo, pero más allá de eso no”.
Entre su tipo de ropa más común enumera: pantalones, jeans, camisas de vestir y camisas cerradas. De calzado tiene zapatos bajitos y “tacones dependiendo de la ocasión”. No usa ropa deportiva ni prendas que se le vean “volando”.
2017-03-12