2001Online.com | Nathalia García
La cuarentena es un momento valioso para fomentar la unidad familiar, pero esta unidad puede perjudicarse por factores de estrés que afectan a los padres, que incluso puede resultar en maltrato infantil, y que ese mismo estrés puede ocasionar daños a la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.
El temor y la ansiedad no solo se presentan en adultos. Así como las cabezas de familia sienten incertidumbre acerca de lo que pasa en el mundo, sobre todo por la forma en la que afecta el trabajo y el flujo de dinero; los niños y adolescentes pueden sentir, aún sin saberlo, la misma ansiedad que un adulto.
Cuidar la salud mental de los niños importa
La salud mental de los niños durante este tiempo, a pesar de ser uno de los temas de los que menos se ha hablado, tiene un impacto considerable a la hora de hacer la convivencia familiar más llevadera.
Las actividades diarias que ayudan a que los niños drenen energía y compartan con otras personas de su edad se redujeron casi al mínimo desde el inicio de la cuarentena. El encierro también puede tener riesgos en la vida de los niños por el impacto de dejar la rutina a la que estaban acostumbrados.
Ahora que los padres deben cumplir con la responsabilidad de no solo cumplir con la búsqueda diaria de comida y recursos, sino también con los requerimientos básicos de educación de los niños, es cuando la salud mental infantil es más importante que nunca.
La sicóloga Raiza Hijuelo considera que el mayor impacto es que “los padres no están acostumbrados a pasar todo el día con sus hijos y, por las angustias que los adultos tienen, le van a manifestar a los niños un estrés al que no están acostumbrados”.
Hijuelo explica que hechos simples como explicarle a los niños que no pueden abrazar a sus amigos y familiares o volver al colegio genera una sensación de distancia, por lo que es importante que los padres les expliquen de forma sencilla lo que pasa en el mundo, sin permitir que se sobreexpongan a la información de los medios.
Marie Leiner, youtuber enfocada en temas de prevención de agresión en niños, trata tópicos como el estrés infantil y el control de las emociones. A través de viñetas educativas, muestra a los niños cómo tranquilizarse en medio de situaciones de estrés.
En el video “Aprendiendo a controlar el estrés para niños”, Leiner recomienda a los niños respirar diez veces profundamente antes de responder a las situaciones que les dan “ganas de gritar”. De esta forma, los niños aprenderán cómo calmarse cuando algo afecte su estabilidad emocional.
Periodos escolares en cuarentena
Dentro de los procesos más afectados durante la pandemia está la educación. La digitalización de las aulas de clase abrió las puertas a nuevos aprendizajes, pero también limitó la forma en la que muchos niños aprenden.
El cambio drástico de dejar los colegios afectó a los niños, niñas y adolescentes de muchas formas, pero el caso más grave es para aquellos que no disponen de los equipos necesarios para ver clases por internet.
Además de las complicaciones para quienes no tienen acceso a las plataformas digitales, también están las implicaciones emocionales que tienen muchos adolescentes que estaban por graduarse antes de la cuarentena.
Muchos adolescentes lamentan el no concluir el año escolar por la cuarentena. Javier Abarrategui, estudiante de 5° año de bachillerato, es uno de los muchos adolescentes afectados por la culminación de las clases a través de internet. “Ese viernes 13 de marzo sabía que la cuarentena era algo necesario y que podría extenderse, pero nunca pensé que me quedaría sin graduación”, lamentó.
En Venezuela, que cuenta con el internet más lento del mundo, según reportes del Speedtest Global Index, son muchas las dificultades a la hora de aprender. Abarrategui detalló que uno de sus amigos no tuvo internet durante el tiempo que duró el último lapso del año escolar y debió ir a casa de uno de sus compañeros para enviar todos los trabajos antes de la graduación.
Daglys Gutiérrez, maestra de preescolar del Colegio Fray Luis de León, comenta que para los niños pequeños lo más importante es el acompañamiento docente. A través del uso de videos y audios personalizados, se sienten motivados a trabajar porque sienten que su maestra está pendiente de ellos.
El choque mayor del traslado a las aulas digitales lo tienen los padres. “El impacto es más grande para las mamás que para los niños”, asegura Gutiérrez mientras enfatiza que la principal complicación es que los padres pueden tener dificultades para recordar temas de primaria y esto podría afectar el entendimiento de los estudiantes.
Los padres tuvieron que ejercer el rol de maestros en casa y reinventarse a la hora de enseñarle a sus hijos las lecciones que deberían aprender en el colegio, pero para esto es necesario que los maestros se preocupen por el desenvolvimiento de las actividades en el hogar. “Si los niños sienten que sus maestras están pendientes de ellos, se sentirán más motivados a cumplir con sus actividades”, finaliza la docente especializada en educación preescolar.
El riesgo al maltrato infantil es latente
No todos los niños tienen la fortuna de vivir en una familia cuya base sea el respeto mutuo y la comunicación. El maltrato infantil, definido por la Organización Mundial de la Salud como “los abusos físicos, psicológicos, sexuales, y desatención de la que son objeto los niños, niñas y adolescentes”, es uno de los riesgos más importantes a los que se ven expuestos los niños, niñas y adolescentes durante la pandemia.
Cuando corre el año escolar con normalidad dentro de las aulas, es más fácil para los educadores ayudar a los niños que quizás viven situaciones de violencia en el hogar. “Los niños que sufren algún tipo de maltrato demuestran conductas que revelan que algo está sucediendo y eso es lo que pone en alerta a sus maestros”, asegura Pascualina Canestraro, docente encargada del Colegio Don Pedro, perteneciente al movimiento popular Fe y Alegría.
El seguimiento a esos casos se dificulta durante la pandemia por la falta de contacto con los niños. Canestraro comenta: “ha sido difícil hacer algún tipo de seguimiento a estos casos, ya que se ha estado trabajando a distancia y eso dificulta que se pueda tener un conocimiento de lo que ocurra en los hogares”.
El Comité de Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas advierte: “En momentos de encierro y aislamiento en el hogar, los niños corren un mayor riesgo de sufrir violencia y explotación, así como problemas de salud mental”. A pesar de que se supone que la seguridad es mayor por estar dentro del hogar, las tensiones familiares por factores externos hacen que sea más propenso el maltrato en casa.
El estrés de los padres durante la cuarentena también puede resultar en maltrato. Muchas veces los representantes no tienen la paciencia necesaria para lidiar con las actividades escolares de sus hijos y esta falta de tolerancia resulta la imposición de castigos físicos y verbales como medida para ejercer presión.
Los castigos graves también tienen una repercusión negativa en el estado emocional de los niños. Los regaños, golpes y demás reproches hacia los niños, lejos de motivarlos a cumplir con las obligaciones escolares, les crea sentimientos de rencor hacia sus padres y aversión hacia las tareas, según la escritora de cuentos infantiles y periodista Patricia Fernández.
Organizaciones como Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) buscan la protección de los niños, niñas y adolescentes incluso a distancia. Fernando Pereira, fundador de esta organización, explica que “en Venezuela no se cuenta con estadísticas que permitan contabilizar los casos reales de violencia intrafamiliar provocados por la cuarentena” y por eso insta a los padres a tomar conciencia de la situación.
Lo más importante, según afirma Pereira, es sostener líneas de comunicación abiertas entre toda la familia para evitar las confrontaciones directas y buscar la manera de drenar las emociones con amigos u otros familiares para que no se afecten las relaciones dentro del hogar.
Recomendaciones para una convivencia sana con los niños en casa
Tanto sicólogos como educadores concuerdan en que lo más importante es establecer rutinas que le permitan a los niños mantener sus hábitos: despertarlos temprano, comer a las horas acostumbradas, tener definidas horas para hacer las actividades escolares y valorar las horas de descanso.
Para lidiar con las actividades escolares, los docentes recomiendan que se mantenga un horario fijo similar al que los niños tienen cuando están en el colegio. Las familias deben fomentar los hábitos de estudio en el hogar para que los niños mantengan su rutina usual en medio de la contingencia, asegura Daglys Gutiérrez.
La llegada de las vacaciones no debe implicar que los niños dejen sus actividades de repaso. Es importante reforzar los conocimientos de los niños en casa, sobre todo el de los más pequeños, para que no se pierdan los avances realizados durante la contingencia.
Los especialistas aconsejan utilizar juegos didácticos como rompecabezas, sopas de letras y juegos de mesa para impulsar el desarrollo cognitivo incluso en vacaciones.
“Es importante establecer límites que permitan que tanto los adultos como los niños tengan su propio espacio”, enfatiza la sicóloga Raiza Hijuelo. Los momentos de individualidad donde cada integrante de la familia tiene la oportunidad de hacer las actividades que desee permitirán que los niveles de estrés bajen y que la tolerancia aumente.
El uso de la disciplina positiva en los niños y niñas más pequeños también creará un ambiente más armónico dentro de la familia. Este tipo de disciplina se basa en el respeto mutuo y en la colaboración entre padres e hijos para entender las circunstancias que los afecten desde ambos puntos de vista.
Para los padres, Pascualina Canestraro recomienda que “se les debe brindar herramientas que les permitan controlar sus emociones como meditación y ejercicios de interioridad” que ayuden a mantener la estabilidad mental.
La clave principal es abrir canales de comunicación dentro del hogar. A través de la comunicación, tanto padres como hijos podrán expresar lo que los afecta para encontrar un punto medio en el que esos desbalances emocionales no perturben las relaciones familiares.
A pesar de los duros momentos que se viven a nivel mundial, la cuarentena es un periodo en el que las familias podrán unirse más que nunca si abogan por mantener relaciones sanas en las que todos los miembros colaboren para mantenerse felices.