Anyela Torres
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La actividad laboral en Venezuela marcha como "la guagua" de Juan Luis Guerra, en reversa, debido a la situación económica actual. Además, el último aumento salarial decretado por el Presidente aceleró su curso, pues ha dejado a más de uno sin empleo, o en riesgo de ser despedido.
Durante un recorrido realizado por el equipo del Diario 2001, se hizo una encuesta a algunas personas que transitaban por el bulevar de Sabana Grande para conocer su situación laboral actual.
De los entrevistados, tres personas estaban desempleadas y tenían más de dos meses en la búsqueda de trabajo; otros dos eran comerciantes, dueños de locales y comentaron que preferían atender ellos mismos su miniempresa para reducir costos; cuatro reportaron despidos masivos en sus lugares de oficio; y uno dijo que pese a que trabaja por su cuenta, lleva un año consignando el currículo en distintas empresas, y nada.
Capital del desempleo
Años atrás, los venezolanos se trasladaban masivamente desde el interior del país hacia Caracas, donde conseguir empleo era seguro; hoy en día ya no es así.
Andreína Chávez, de 22 años, se trasladó desde Yaracuy a la capital para estudiar y trabajar, pero sus planes llevan más de siete meses postergados, porque no encuentra empleo a pesar de la búsqueda incesante que hace.
José Rosales tiene un vehículo de carga, trabaja por su cuenta haciendo viajes, y lleva 20 años en este oficio.
Pese a que es su propio jefe, pasó todo 2016 postulándose como chofer de carga en distintas compañías. Cuenta que quisiera recibir beneficios como seguro de salud, cestatickets, bonos, entre otros.
Por otra parte, Víctor Molina, quien trabaja para un centro de copiado en un bufete de abogados, explica que anteriormente cuando algún empleado se iba o era despedido, le sustituían inmediatamente; pero ahora pasan muchos meses o dejan esa vacante vacía. "Estamos así porque no tienen cómo pagar", precisó.
Emprendedores
Dos comerciantes, que prefirieron el anonimato, relatan que mantuvieron sus empleados hasta diciembre de 2016, pues no contaban con una entrada sustanciosa de dinero para cancelarles el salario básico.
"Menos mal que mi negocio es pequeño y puedo atenderlo yo mismo. La verdad no sé cómo harán las personas que tienen tiendas de ropa, porque a veces se hace imposible contratar a uno solo", dijo.
2017-01-17