Por: María I. Rangel
En el Día Mundial contra el Maltrato Infantil Cecodap señala que la violencia se encuentra normalizada en el país, por lo cual los casos de violencia en menores de edad van en aumento.
Fernando Pereira, fundador de Centros Comunitarios de Aprendizaje: Por los Derechos de la Niñez y Adolescencia, señaló que el incremento de casos se debe a que “tanto la sociedad como las autoridades no hacen nada para prevenirlo” y que “solo hay conocimiento de los casos que son extremadamente graves, cuando generan serias lesiones, daño físico o incluso cobran la vida del niño o de la niña”.
El consultado explicó que hay varias razones por las cuales los niños sufren de maltrato por parte de los adultos, entre ellos el impacto de la alteración de la salud mental, ya sea por diversos factores. “Si su salud mental está afectada, si tienen efectos de trauma por las privaciones, por las dificultades en las que su vida se ha visto inmersa en los últimos años, pues eso lo pagan los niños”, resaltó.
Como ejemplo destaca que “son como la parte débil de la soga y son quienes llevan la peor parte de la crisis, porque ellos de alguna manera se convierten en receptores y cana-lizan todas las frustraciones a través de la agresión a los más pequeños de la casa, que son quienes tienen menos posibilidades de defenderse, no van a responder a la agresión ni van a denunciar”.
Pereira recalca que “hay que actuar no solo cuando se trata de casos que tienen una repercusión pública y que han sido ya denunciados y atendidos por autoridades”.
El fundador de Cecodap comenta que a pesar que la Lopna ratifica que la crianza debe ser libre de todo tipo de agresión, desde correazos hasta golpes, “no hay excusas, ni siquiera porque fueron criados así por sus representantes”.
Además declara que en muchos hogares no se han dado alternativas de crianza no violentas.
¿Cómo detectarlo?
El experto señaló que el maltrato tiene secuelas no solo físicas sino psicológicas por lo que siempre existen evidencias físicas de violencia. “Son niños temerosos que se ponen muy mal, se afectan cuando llega un adulto y se arrinconan o se ponen detrás de alguien o algo, escondiéndose. Estos son indicios de que hay una situación de violencia que para nada es normal, mucho menos en la casa, que debería ser el lugar seguro de los más pequeños”.
En cuanto a cómo la sociedad puede actuar, el consultado señaló que esta juega un papel fundamental para “vencer la cultura del silencio”.
“Las cosas que vemos en los estudios, en las historias forenses, en niños y niñas pequeñitos que han sido sometidos, solo son posibles por la complicidad de quienes estamos alrededor, de quienes nos hacemos los ciegos, sordos y mudos, quienes no decimos nada. Entonces la sociedad debe tener como papel fundamental el recobrar la denuncia, que esa denuncia pueda salvar la vida de un niño, de una niña”, aseguró Pereira, quien también pide la atención de las autoridades para capturar a los agresores y no dejarlos con la posibilidad de violentar a más personas, no solo niños.
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