Nathalia García | [email protected]
En honor a su día, los devotos católicos elevan sus oraciones a Marie-Françoise Thérèse Martin, mejor conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, una monja carmelita que dedicó su vida a realizar pequeños actos de bondad.
Santa Teresita nació en la localidad de Alençon, ubicada en Francia, el 2 de enero de 1873 y a los 13 años tuvo una experiencia que marcó el inicio de su conversión. "Sentí, en una palabra, que la caridad entraba en mi corazón, la necesidad de olvidarme a mí misma para hacer felices a los demás", expresó sobre su camino a la religión.
Su espiritualidad estuvo orientada según la necesidad de orar por los sacerdotes porque "muchos de ellos no lo eran y necesitaban de oración" para que sus misiones fueran llevadas a cabo con éxito.
Se le atribuyen numerosos milagros, entre los cuales se incluye la sanación de monjas en situación de salud grave, curaciones de artritis y otras afecciones.
Murió en 1897, y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó, y la proclamará después patrona universal de las misiones religiosas. La nombró como “La Estrella” de su pontificado y la definió como “un huracán de gloria” el movimiento universal de afecto y devoción que acompañó a esta joven carmelita.
2020-10-01
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