En ocasiones surge una simbiosis entre varios campos de la vida cotidiana que los hace fácilmente identificables. Hace décadas, cualquier persona que percibía una serie de frutas, radicalmente su pensamiento viajaba a una actividad de ocio como son las tragamonedas, que se basaban en esta temática para ofrecer suculentos premios. Pero, ¿por qué surgió esa corriente de asociar unas cerezas con un pasatiempo como los slots? Son muchas las versiones, y a continuación nos acercamos a los postulados de todas ellas.
Las primeras máquinas tragamonedas, conocidas como "máquinas de frutas" o "fruit machines" en inglés, surgieron a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La máquina tragamonedas Liberty Bell, inventada por Charles Fey en 1895, es ampliamente reconocida como la primera tragamonedas mecánica moderna. Esta máquina presentaba símbolos como herraduras, diamantes, corazones, picas y la campana de la libertad. Sin embargo, las frutas no eran parte de estas primeras versiones.
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El uso de frutas como símbolos comenzó poco después, cuando las leyes de Estados Unidos prohibieron los juegos de apuestas con premios en efectivo. Para sortear estas regulaciones, algunas empresas idearon una forma ingeniosa de evitar las restricciones. Una de estas compañías, Bell-Fruit Gum Company, creó una máquina que, en lugar de pagar dinero, recompensaba a los jugadores con chicles de diferentes sabores. Estos sabores estaban representados por símbolos de frutas en los carretes, y de ahí proviene la asociación entre las frutas y las tragamonedas.
Cada símbolo de fruta representaba un sabor de chicle. Por ejemplo, las cerezas, los limones y las naranjas eran los símbolos más comunes y representaban diferentes premios. Además de las frutas, la compañía incluyó el símbolo de la barra, que hacía referencia a la marca Bell-Fruit y también aparecía en los empaques de los chicles. Así, estas primeras máquinas dispensadoras de chicles con símbolos de frutas sirvieron como precursoras de las modernas tragamonedas.
El uso de frutas en las tragamonedas no solo fue una solución ingeniosa para evitar las restricciones legales, sino que también resultó atractivo para los jugadores. Las frutas son símbolos visuales brillantes, coloridos y fácilmente reconocibles. Además, están asociadas con conceptos positivos como la frescura, la vitalidad y la dulzura, lo que contribuye a crear una experiencia de juego agradable.
El simbolismo detrás de cada fruta puede variar. Las cerezas, por ejemplo, a menudo se asocian con la suerte y son uno de los símbolos más antiguos de las tragamonedas. Obtener cerezas en los carretes solía ser una garantía de una pequeña recompensa, lo que incentivaba a los jugadores a seguir apostando. Los limones, aunque a veces se perciben como un símbolo agrio, también forman parte del conjunto clásico de frutas y aportan variedad a los carretes. Las sandías y las uvas suelen estar asociadas a premios más grandes, lo que genera más emoción y expectativas cuando aparecen en pantalla.
Sin duda, las frutas en el mundo del ocio no es algo comestible. Millones de personas lo asemejan con unas tragamonedas precursoras que han desembocado en un ocio online que no tiene límites. Veremos hacia donde gira una tendencia imparable.
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