La vida de Manny Pacquiao es una de las historias más extraordinarias en la historia del deporte. De ser un niño en la pobreza en Filipinas a convertirse en una leyenda del boxeo y, posteriormente, en una figura política de gran poder en su país.
Del ring a la cima del deporte
Manny "PacMan" Pacquiao se labró su leyenda en el boxeo con una combinación de velocidad, potencia y una ética de trabajo incansable. Es el único boxeador en la historia en haber ganado títulos mundiales en ocho divisiones de peso diferentes, un récord que muchos consideran inquebrantable. Sus peleas contra rivales de la talla de Oscar De La Hoya, Miguel Cotto y Floyd Mayweather Jr. no solo generaron miles de millones en ingresos, sino que lo convirtieron en un ícono global.
Su estatus de héroe nacional en Filipinas creció con cada victoria, al punto de que, en ocasiones, sus combates se consideraban “eventos de paz” capaces de detener los enfrentamientos en conflictos locales, uniendo al país en un espíritu de unidad y orgullo.
La lucha fuera del cuadrilátero
Con su fama asegurada, Pacquiao decidió incursionar en la política. Tras un intento fallido en 2007, fue elegido en 2010 como representante de la provincia de Sarangani en la Cámara de Representantes de Filipinas. El boxeador en varias ocasiones ha explicado su motivación. "Vine de la nada. Solo un pequeño niño de las calles de General Santos, sin zapatos, sin comida, sin oportunidad, solo con un sueño en mi corazón", expresó en un discurso. "Conozco el hambre, conozco el dolor, conozco lo que es ser rechazado; pero también conozco lo que Dios puede hacer cuando mantienes la fe y nunca te rindes", afirmó.
El senador y el candidato presidencial
El punto más alto de su carrera política llegó en 2016, cuando fue elegido senador de la República de Filipinas, un cargo mucho más influyente y visible a nivel nacional. Aunque su presencia en las sesiones fue a menudo criticada por su alto índice de ausentismo, el púgil fue una voz prominente en el debate público, ganando popularidad entre la población.
Sin embargo, su decisión más ambiciosa, postularse como candidato a la presidencia de Filipinas en 2021, no obtuvo el resultado esperado. A pesar de su inmensa popularidad, terminó en un tercer lugar en las elecciones de 2022, un resultado que muchos analistas atribuyeron a una campaña mal organizada y a la percepción de su falta de experiencia política.
El ídolo y sus contradicciones
La transición de Pacquiao al mundo político no ha estado exenta de polémicas. A lo largo de su carrera legislativa, ha sido criticado por no haber propuesto una cantidad significativa de leyes, generando dudas sobre su compromiso con la función pública.
Además, sus comentarios sobre temas sociales, como sus controvertidas declaraciones en 2016 que equiparaban a las parejas del mismo sexo con animales, causaron un revuelo internacional y le valieron la pérdida de importantes patrocinios, incluyendo uno de los principales fabricantes de ropa deportiva. Aunque sus logros políticos no han sido tan claros como sus victorias en el ring, su vida demuestra la inmensa influencia que un deportista puede ejercer más allá de su campo de juego, así como los desafíos inherentes a la hora de navegar entre dos mundos tan distintos.
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