La UEFA Europa League (UEL), que unifica el palmarés moderno y su antecesora, la Copa de la UEFA (1971-2009), se distingue en el fútbol europeo por su diversidad de campeones y por un curioso concepto: el "trono en disputa". La cima histórica es inalcanzable, pero debajo se libra una feroz competencia por el segundo y tercer escalón. Este torneo demuestra que el éxito aquí no se compra fácilmente, sino que se gana con resistencia, gestión de plantilla y una disciplina táctica que a menudo resulta esquiva para los clubes acostumbrados al glamour de la Champions League.
El rey absoluto
El Sevilla Fútbol Club es, sin discusión, el club más exitoso en la historia de la competición. Su dominio es un caso de estudio institucional que ningún otro gigante ha podido replicar. Los andaluces han conquistado siete títulos (el primero en 2006 y el último en 2023), estableciendo un récord del 100% al ganar todas las finales de UEL a las que han llegado.
Este éxito no es accidental, sino el resultado de una especialización y una mentalidad ganadora que el club ha desarrollado, utilizándola como la vía principal para asegurar su presencia financiera y deportiva en la UEFA Champions League, dejando a los demás muy atrás.
La lucha por el subliderazgo
Justo debajo del inalcanzable Sevilla, cuatro potencias históricas se encuentran empatadas con tres títulos cada una, protagonizando la lucha por el segundo escalón más prestigioso.
Este grupo de persecución lo componen la Juventus FC, el Inter de Milán, el Liverpool FC y el Atlético de Madrid. Ganar un cuarto trofeo les otorgaría la distinción de ser el segundo más exitoso en solitario, lo que intensifica el valor de cada edición para estos equipos, que buscan romper el empate que llevan décadas arrastrando.
La clase histórica
La tercera categoría histórica es extremadamente competitiva y alberga a grandes nombres que dejaron una marca en el torneo, con dos títulos en su vitrina.
Aquí se encuentran clubes como el Chelsea FC, el Porto y el Real Madrid CF. El club blanco se llevó la Copa de la UEFA en dos temporadas consecutivas, 1985 y 1986, con la legendaria "Quinta del Buitre". Estos títulos fueron fundamentales en el resurgimiento europeo del Real Madrid en aquella década, y demuestran que la competición atrae a los gigantes incluso en sus momentos de transición.
La naturaleza innegable de la disputa
La naturaleza de esta disputa se fundamenta en que la UEL exige una disciplina táctica y una gestión de plantilla que a menudo resulta más compleja que la Champions. Su palmarés, lleno de grandes nombres, demuestra que el éxito en el torneo no se compra fácilmente; se requiere resistencia y adaptabilidad para viajar por todo el continente los jueves por la noche y mantener el ritmo en las ligas domésticas. Esta dificultad garantiza que el fútbol europeo mantenga viva la emoción por ver qué gigante logra despegarse del grupo de perseguidores para reclamar el subliderazgo que, por ahora, sigue empatado.
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