Apenas cinco meses después de Michael Ballack, Torsten Frings, otra de las figuras clave de la selección alemana en la primera década del siglo, anunció hoy su retiro del fútbol.
"Es un día de emociones para mí, pero estoy feliz con esta decisión", dijo el jugador de 36 años en Toronto, donde jugaba para el equipo local de la liga norteamericana MLS.
Frings, 79 veces internacional, fue una pieza básica en la competitiva pero siempre perdedora Alemania que, liderada por Ballack, luchó desde el Mundial de 2002 a la Eurocopa de 2008.
El rudo centrocampista, que jugó y perdió aquellas dos finales, fue también la figura trágica en el Mundial de Alemania 2006, donde después de agredir a un jugador argentino tras el final del partido de cuartos, se quedó sin jugar por suspensión las semifinales en las que su equipo quedó eliminado por Italia.
"Destruyeron mi sueño, todo esto fue político", dijo entonces un indignado Frings. "Los argentinos nos atacaron, y yo me defendí. Con la suspensión, la FIFA quería mostrar que no beneficiaba a Alemania en su Mundial. Por eso la sanción, pero entonces, al argentino (Leandro) Cufré lo tienen que suspender dos años, porque le dio una patada en el bajo vientre, ¡en el bajo vientre! a Per (Mertesacker)".
Más de seis años después, Frings, impedido por una reciente operación de cadera, se despidió hoy con mucha más serenidad del fútbol en activo, como ya hicieron siete de los miembros de la selección dirigida por Jürgen Klinsmann en 2006, muy recordada en su país.
Su último partido internacional fue una derrota por 1-0 ante Noruega en febrero de 2009. En la Bundesliga, el centrocampista jugó principalmente en el Werder Bremen, donde ganó la Copa alemana de 1999 y 2009. También jugó en el Borussia Dortmund y en el Bayern Múnich, donde ganó el doblete en 2005. / DPA.