La Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC) busca una salida de emergencia para la edición de 2026. Guadalajara se ha posicionado como la opción más sólida para recibir el evento, luego de que se retirara a la capital venezolana como sede oficial debido a la inestabilidad en la región.
El desplante de las potencias caribeñas
El cambio de rumbo responde a una crisis diplomática y de seguridad. El pasado lunes, las ligas de República Dominicana, Puerto Rico y México anunciaron que no asistirían a Venezuela. Es la primera vez desde 1971 que estos tres pilares del torneo faltan a una cita, alegando que no existen las condiciones para garantizar la salud de sus equipos.
El conflicto político entre Estados Unidos y Venezuela, sumado a la presencia de milicia norteamericana en aguas cercanas, ha sido el detonante para que estas naciones prefieran no viajar a Caracas o La Guaira.
Guadalajara como el "músculo" del Caribe
Salvador Escobar, presidente de la Liga de México, señaló que su país tiene la infraestructura necesaria para asumir el reto. La propuesta principal apunta al Estadio Panamericano, casa de los Charros de Jalisco, que cuenta con capacidad para 13 mil espectadores y ya organizó el torneo en 2018.
Aunque Panamá también suena como opción por su rapidez para organizar eventos —como lo hizo en 2019 con apenas siete días de aviso—, el "músculo" organizativo de México parece llevar la delantera.
Se espera que la CBPC anuncie la decisión definitiva en los próximos días para confirmar si el torneo mantiene su fecha del 30 de enero al 7 de febrero de 2026. Un cambio de sede permitiría que los países que declinaron vuelvan a la competencia, evitando que el certamen quede limitado solo a Venezuela, Japón, Cuba y Panamá.
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