La FIFA confirmó este jueves el organigrama final para la fase de repechaje intercontinental, un pequeño torneo que otorgará cupos adicionales al Mundial de 2026. La selección de Bolivia, que se quedó con la séptima posición de CONMEBOL, conoció que se medirá a Surinam en la fase semifinal y, de ganar, disputará la final por el boleto mundialista contra Irak, una selección asiática.
El lamento por una oportunidad servida
La noticia de los rivales, percibidos como asequibles, inmediatamente provocó un aluvión de lamentos en las redes sociales por parte de la afición venezolana. Los seguidores reconocieron la oportunidad perdida por no asegurar ese séptimo lugar, especialmente tras la dolorosa goleada 6-3 sufrida ante Colombia en la última jornada.
Comentarios como "Qué oportunidad perdimos" se viralizaron, mientras otros fanáticos expresaron su frustración, afirmando que el bajo ranking FIFA de los rivales implicaba que la Vinotinto "habría jugado solo la final por un cupo al mundial".
Un contexto irrepetible
El factor principal que magnifica el dolor de la eliminación es el contexto histórico del formato: la expansión del Mundial a 48 equipos. CONMEBOL fue el gran beneficiado, al obtener seis cupos directos y uno adicional al repechaje intercontinental. Con diez equipos compitiendo por siete plazas totales, la probabilidad de clasificar se disparó a un inaudito 70%. El objetivo realista de la Vinotinto, que finalmente quedó a solo dos puntos, era asegurar ese séptimo lugar, la meta mínima.
La caída táctica y mental
La selección, dirigida por Fernando "Bocha" Batista, mostró una solidez alarmante como local (cuatro triunfos y cuatro empates), pero su rendimiento se derrumbó fuera de casa, sumando solo 2 puntos de 27 posibles como visitante. El quiebre definitivo llegó en la última jornada, donde Venezuela dependía de sí misma para asegurar, al menos, el repechaje.
La humillación de la goleada final
La última fecha se convirtió en la máxima expresión del fracaso, con una dolorosa y humillante goleada en casa al caer 3-6 ante Colombia. Colombia fulminó a una Venezuela que se desordenó tácticamente al buscar el resultado con desesperación. La abultada derrota sentenció su eliminación al octavo puesto con 18 puntos, mientras Bolivia aseguraba el repechaje con 20 unidades.
El fracaso más grande de la era moderna
La no clasificación al Mundial 2026 será recordada como el "fracaso más grande de la historia moderna del fútbol venezolano" no por falta de talento, sino por la incapacidad de consolidar el proceso y gestionar la presión de una eliminatoria tan accesible. La oportunidad de oro se convirtió en una pesadilla, forzando a Venezuela a esperar, al menos, hasta el Mundial de 2030 para intentar el tan ansiado debut.
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