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Irak o cuando Aznar quiso sacar a España del "rincón de la historia"

Viernes, 15 de marzo de 2013 a las 07:30 pm
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"España, en esta ocasión, estuvo donde tenía que estar y con los que tenía que estar". El entonces presidente del gobierno español José María Aznar quiso sacar a su país del "rincón de la historia" y hace diez años acudió a la cumbre de las Azores, en la que se abrió la puerta a la invasión de Irak.

El líder del conservador Partido Popular (PP) se fotografió el 16 de marzo de 2003 junto al presidente de Estados Unidos George W.Bush, al primer ministro británico Tony Blair y a José Manuel Durao Barroso, entonces primer ministro de Portugal y anfitrión del encuentro.

Y defendió contra viento y marea una guerra que comenzaría pocos días después. "España estuvo en las Azores porque no pudo participar en el desembarco de Normandía, que es donde debería haber estado", llegó a decir, convencido de que su país merecía un protagonismo y un lugar en el mundo que hasta entonces no había alcanzado.

Con aquel movimiento del jefe del gobierno, España pasó al primer plano de la política internacional, pero Aznar pagó caro ese golpe de timón en la política exterior española por la vía de los hechos consumados, en la que su alianza con Estados Unidos lo llevó a distanciarse de su socios naturales en la Unión Europea (UE), como Francia, que abanderó la oposición a la contienda.

"Todos sabemos que Saddam tiene armas de destrucción masiva. Estoy diciendo la verdad: un régimen con armas de destrucción masiva es un riesgo para la paz", aseguró cuando envió a las tropas españolas a Irak en "misión humanitaria".

Aznar se quedó solo. Tuvo en contra a la oposición, aunque él no la necesitaba para nada por su holgada mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.

Vio las calles abarrotadas de gente que salió en manifestaciones históricas para rechazar la guerra de Irak y el apoyo español a ella. Las encuentas mostraron una oposición ciudadana del 90 por ciento. Y en su propio partido y en su Ejecutivo surgieron voces discordantes, como la del entonces vicepresidente Rodrigo Rato.

La guerra de Irak ensombreció el final de su mandato y estuvo en la argumentación con la que el terrorismo justificó la peor masacre a la que se enfrentó España desde la guerra civil española: los atentados del 11 de marzo de 2004, que dejaron 191 muertos y más de 2.000 heridos en varios trenes en Madrid.

Tres días después de la explosión de las bombas, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones generales en España. Su primera medida -inmediata- como nuevo jefe del gobierno fue ordenar el regreso de las tropas españolas de Irak.

Años después, retirado de la primera línea política, Aznar tuvo que admitir lo evidente. "Todo el mundo pensaba que había (armas de destrucción masiva en Irak), y no había. Eso lo sabe todo el mundo, y yo también lo sé… ahora", dijo.

Pero nunca consideró haber errado. "Por mucho que algunos se empecinen, yo nunca me voy a arrepentir de la foto de las Azores", aseguró en otro momento.

"No me arrepentiré jamás de que España estuviera en una foto entre las dos democracias más importantes del mundo asumiendo sus responsabilidades en un momento difícil", dijo. E insistió en que "fue el momento histórico más importante de España en 200 años". /DPA