A 31 años del golpe militar que lo llevó al poder el 23 de marzo de 1982, el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt (86) deberá enfrentar un juicio por el delito de genocidio que inicia el martes, en medio de la expectativa mundial.
El 23 de marzo de 1982 el Palacio Nacional, entonces sede del Ejecutivo, amaneció rodeado de tanquetas y metrallas, mientras la Radio Nacional había ordenado una cadena nacional a todas las emisoras del país.
Oficiales jóvenes se habían levantado en armas y lograron deponer, sin mayor resistencia a un gobierno de terror y violencia encabezado por el general Romeo Lucas y evitado la continuidad fraudulenta del ya electo general Angel Guevara.
Con la situación bajo control, los oficiales delegaron el poder en una junta integrada por un coronel y dos generales, uno de ellos, Ríos Montt, quien posteriormente se autoproclamó jefe de Estado.
Ríos Montt no tardó mucho al frente del gobierno de facto. El 8 de agosto de 1983 fue depuesto por otra acción militar, pero en esos 17 meses dejó tras de sí luto y horror por la política contrainsurgente que las fuerzas armadas desarrollaron bajo su mandato, especialmente en el campo.
Los militares intensificaron los planes de "tierra arrasada" y decenas de comunidades en todo el país quedaron reducidas a cementerios clandestinos que han ido descubriéndose desde 1996 cuando cesó el conflicto armado de 36 años y que de acuerdo con una comisión de la verdad de la ONU dejó más de 200.000 muertos y 45.000 desaparecidos.
La democracia se restableció en 1986. Desde entonces hay elecciones libres y transparentes, pero las instituciones, como la justicia, siguen débiles y la impunidad prevalece.
Tras la firma de la paz en 1996, Ríos Montt se erigió en caudillo de un partido político organizado en torno a su controvertido perfil militar, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG).
Este partido impulsó infructuosamente la candidatura presidencial del ex dictador en 1990 y 1995 pero el Tribunal Supremo Electoral (TSE) no la admitió por prohibiciones constitucionales. Tras varios intentos infructuosos, el FRG cambio de estrategia y en las elecciones generales de 1999 impulsó al joven político Alfonso Portillo como su candidato presidencial y así alcanzó el poder por la vía democrática en el año 2000.
Ríos Montt, por su parte, fue electo diputado y presidió el Legislativo durante la gestión de Portillo. Anteriormente, en 1994, también había presidido el Congreso.
Su condición de diputado, que logró sostener después del gobierno del FRG (2000-2004), daba al ex dictador inmunidad ante la ley, según la normativa guatemalteca. Pero todo cambió para Ríos Montt tras las elecciones de 2011, cuando no fue reelecto legislador. El 14 de enero de 2012, con el cambio de legislatura, perdió la inmunidad.
Esto reactivó viejas demandas por genocidio que lo involucraban, como uno de los ex jefes militares y civiles involucrados en los atroces hechos perseguidos por el Ministerio Público (MP) y organizaciones de familiares de las víctimas, con el apoyo de ONG’s humanitarias.
Ríos Montt debió acudir a los tribunales después de perder su escaño y el 27 de enero de 2012 la juez Carol Patricia Flores resolvió ligarlo a proceso por el delito de genocidio y ordenó su arresto domiciliario.
Desde entonces, la rutina del ex jefe de Estado de facto se mantiene muy vinculada a las cortes. Sus abogados han desarrollado una amplia estrategia en procura de desvirtuar las evidencias en su contra y lograr su absolución. También han procurado lograr que los tribunales le otorguen una amnistía que fue decretada en 1986 para todos los involucrados en hechos del conflicto armado interno.
Las acciones legales de su defensa han resultado infructuosas, si bien han conseguido prolongar la discusión y los fallos definitivos.
El pasado 28 de enero, el juez Miguel Angel Gálvez, titular del Juzgado Primero B de Mayor Riesgo, ordenó el juicio en su contra, junto a quien fuera su jefe de inteligencia militar, el también general retirado José Mauricio Rodríguez.
Gálvez señaló en su resolución que existen suficientes indicios sobre la responsabilidad de ambos militares en los asesinatos de al menos 1.771 indígenas de la zona étnica Ixil, en Quiché (montañoso departamento del Norte de Guatemala) a manos de las fuerzas armadas entre marzo de 1982 y agosto de 1983, cuando Ríos Montt ejerció el poder y era jefe supremo del ejército guatemalteco.
El inicio del juicio quedó definido para este martes y estará a cargo del Tribunal Primero A de Mayor Riesgo que preside la jueza Jazmín Barrios./DPA