En España, el mercado de alquileres está atravesando una de sus etapas más complejas y tensas.
Esto se debe a que los precios alcanzan cifras desorbitadas y las ofertas parecen cada vez más insuficientes.
La creciente demanda, impulsada por la escasez de viviendas asequibles y el auge de los precios, deja a miles de personas luchando por encontrar un lugar al alcance de su bolsillo.
Ante esto, una nueva ley de regulación impuesta por el gobierno español, ha establecido que los inquilinos pueden permanecer en la propiedad incluso si el propietario opta por no renovar el contrato.
El objetivo de este plan, es fortalecer la seguridad y protección a los inquilinos dentro de un mercado cada vez más inestable.
En este sentido, el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, establece que los contratos firmados a partir del 6 de marzo de 2019, el contrato se prorrogará automáticamente hasta completar los periodos, esto en referencia a la duración de este si es inferior a cinco años o cuando el propietario es una persona física o siete años en el caso de una persona jurídica.
Por ese motivo, los inquilinos tienen garantizado su derecho a mantenerse en la vivienda, aunque el propietario quiera rescindir el contrato. Solo hay dos condiciones: que los alquilados estén al corriente de pago y que cumplan las condiciones del contrato original, tal como detalla el artículo 10 de la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Con información de Mundo Deportivo
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