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Diatriba Talibán: política versus religión

Sabado, 11 de septiembre de 2021 a las 06:45 am
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Carlos Gabriel Lara B. /[email protected]

En actos que recuerdan su régimen duro de la década de 1990, el Talibán ya comenzó a eliminar algunos de los progresos de Afganistán de los últimos 20 años. Negaron a las mujeres un escaño en el gabinete. Además azotan a periodistas para obligarlos a callar y quieren imponer su interpretación estricta del islam, en ocasiones con violencia, reseña AP.

El mundo tendrá que mantener algún tipo de relación con la milicia, a pesar de la desilusión que provocó el nombramiento de un gabinete exclusivamente Talibán que desafió las promesas anteriores de formar un Gobierno incluyente.

A pesar de su dependencia de la ayuda exterior, el mensaje del Talibán al anunciar su gabinete fue muy claro: van a gobernar el país bajo sus propias condiciones.

Formaron un Gobierno con veteranos del régimen de la década de 1990 y la insurgencia subsecuente contra una coalición encabezada por Estados Unidos.

El Talibán y sus cosas

El gabinete incluye antiguos presos de Guantánamo y quizás el nombramiento que causó mayor estupor, a Sirajuddin Haqqani, buscado por el FBI para responder sobre varios ataques mortíferos, como ministro del Interior.

Según apunta EFE, los ministros de Interior y Seguridad de los países del G7 subrayaron en un encuentro en Londres su voluntad de estrechar la cooperación para evitar que Afganistán se convierta en "un santuario" para terroristas.

En el comunicado de conclusiones de la reunión, divulgado por el Gobierno británico, los ministros recalcan su disponibilidad para compartir información sobre "individuos de interés" entre países aliados, siempre que sea "posible y apropiado" para facilitar las operaciones contra el terrorismo.

Asimismo, resaltaron su "compromiso para responder de manera efectiva a la migración irregular" y condenan la "instrumentalización de personas vulnerables y migrantes por motivos políticos".

Política versus religión

Alejandro Armas, periodista y magíster en Ciencia Política, asegura que el extremismo islámico (que no el islam en sí mismo) de los talibanes los lleva a creer que tienen un derecho a imponer su visión del credo musulmán a un país entero.

“Para ellos, el dogma está por encima de cualquier otra consideración y por lo tanto está bien hacer política y tomar y conservar el control del Estado mediante la violencia”, puntualizó.

El especialista añade que, al gobernar de manera autoritaria y violenta, los talibanes tienen pocos incentivos para mantener a las masas satisfechas y felices.

“Es el miedo y no el consentimiento lo que hace que los afganos se sometan. A duras penas puede hablarse de un contrato social en términos hobbesianos o rousseaunianos. Un Gobierno que no necesita de la aprobación de sus ciudadanos, puede permitirse cualquier cantidad de arbitrariedades y corruptelas. Por eso la democracia es tan importante y su búsqueda es un imperativo moral”, expuso.

Tiene relevancia la decisión de Estados Unidos sobre el retiro de sus tropas en Afganistán y este hecho generó diversos criterios de algunos expertos en asuntos geopolíticos.

El Talibán y EEUU

En este caso, el magíster en Ciencia Política comenta que, desde el Gobierno de Obama, el Pentágono veía una victoria militar en Afganistán como imposible. Agrega que cuando Trump y Biden decidieron poner fin al conflicto militar, no estaban solamente cediendo ante un clamor de demagogia aislacionista o pacifista.

“Algunos expertos han dicho que se debió mantener una presencia militar mínima así fuera solo para evitar que los talibanes se apoderaran de todo el país. En cuanto a las consecuencias geopolíticas, habrá que esperar. Depende de cómo quieran los talibanes relacionarse con el mundo”, detalló Armas.

Con relación a la conveniencia de otras naciones sobre del triunfo de los talibanes, el periodista afirma que esto representaría un riesgo a la soberanía.

“Sea como sea, a ninguno de los países vecinos (Irán, Pakistán, entre otros) le conviene que el triunfo talibán sea aliciente para rebeliones en sus propios territorios que comprometan su propia soberanía territorial. A China tampoco. Tiene una población musulmana importante en el Xinjiang que, con razón, se siente colonizada y oprimida”, argumentó.

¿Amenaza mundial?

Alejandro Armas explica que la última vez que los talibanes estuvieron en el poder, permitieron que el territorio afgano fuera base de operaciones para grupos terroristas como Al Qaeda, que tienen pretensiones de imponer el islam por todo el mundo y hacerles la guerra a los países occidentales. “Esa fue la razón por la que EEUU invadió en 2001. Esta vez pudiera ser distinto. Los talibanes están heredando un país económicamente devastado y en riesgo de hambruna. Ahora que van a gobernar, necesitan recursos y ayuda internacional con desespero. No les conviene entonces molestar al resto del mundo”, aseveró.

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