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Millares de personas participan hoy en Sao Paulo de la 18 edición de la Marcha del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales (LGBT), que este año tiene como principal reivindicación la defensa de la penalización de la homofobia.
La marcha, una de las mayores del mundo en su tipo, comenzó cerca del mediodía, hora local, en la emblemática Avenida Paulista de Sao Paulo, frente al Museo de Arte (Masp).
Usualmente, la colorida y animada manifestación se realiza en junio, pero este año sus organizadores resolvieron anticiparla debido a que el país sudamericano organiza entre el 12 de junio y el 12 de julio el Mundial de Brasil 2014.
Es en relación, precisamente, a la cita deportiva, que el lema de la presente edición de la marcha es "Un país vencedor es un país sin ‘homolesbotransfobia’: ¡Basta de Muertes! ¡Penalización ya!".
La "homolesbotransfobia" es el término que define a la fobia contra las diferentes opciones sexuales.
Catorce palcos móviles, los famosos "tríos eléctricos" que pueden verse durante el Carnaval, recorren el centro de la mayor metrópolis sudamericana aportando música y animación a la gigantesca columna de personas, que ataviadas con las más creativas "fantasías", como se les llama en Brasil a los disfraces, cantan y bailan mientras corean consignas que apelan a la tolerancia hacia la diversidad sexual.
Pese a que la marcha se desarrolla en un clima festivo, la reivindicación de este año alude a una situación dramática en lo que refiere a la violencia contra quienes integran el colectivo LGBT.
Según un informe divulgado en febrero pasado por el Grupo Gay de Bahía, en 2013 se produjeron 312 asesinatos de gays, travestis y lesbianas en todo Brasil, lo que supone una reducción de 7,7 por ciento respecto a 2012.
El informe reveló además que los estados de Pernambuco y Sao Paulo son los más violentos para ese colectivo.
"Debemos penalizar la ‘homolesbotransfobia’ y usamos la marcha de este año para exigir eso. Nadie aguanta más los relatos de crímenes practicados contra los gays en todo Brasil", dijo el presidente del grupo que organiza el acto, Fernando Quaresma.
Pese a la grave situación, Quarema dijo que el movimiento debe celebrar los avances que se han logrado en los últimos años.
"Vivíamos en la invisibilidad. Las relaciones entre gays no existían para la sociedad. Avanzamos en el reconocimiento de nuestras parejas para la seguridad social y la cobertura de los planes de salud, sin mencionar el casamiento entre personas del mismo sexo, que hoy está permitido en todo el país", precisó.
Otro motivo de festejo es el apoyo que el evento recibió en la presente edición por parte de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Sao Paulo.
A través de un comunicado, el organismo vinculado a la Iglesia católica exhortó a las personas de "buena voluntad, y en particular a todos los cristianos" que reflexionen respecto a "las profundas injusticias" a las que está expuesto el público LGBT y trabajen activamente en la superación del tema.
Unos 2.500 agentes de la policía militarizada y de la guardia civil se encargan de garantizar la seguridad durante la fiesta, que el año pasado convocó a unas tres millones de personas.
La policía informó que por el momento no se produjeron incidentes.