2001.com.ve | EFE
Directores y redactores de los medios satíricos Mongolia (España), El Chigüire Bipolar (Venezuela), Barcelona (Argentina) y El Chamuco (México) coincidieron en Medellín en la necesidad de "apuntar al poder" y no a los más humildes para hacer su trabajo.
"Nosotros apuntamos al poder, no a los de abajo", dijo Pere Rusiñol, redactor de Mongolia, en el debate "¡Pongámonos serios! El poder de la sátira periodística", que forma parte del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo que concluye este viernes.
Al reflexionar acerca de los límites del humor, Rusiñol aseguró que en Mongolia no harían el mismo chiste en un lugar o en otro, por lo que "el mismo chiste contra el catolicismo (…) en España nos parece muy adecuado (…) pero en cambio en Arabia Saudí, donde un católico a lo mejor le matan por serlo, nos parece inapropiado".
"En Arabia Saudí habrá que hacer un chiste de los musulmanes. Por eso en España lo que nos toca si queremos apuntar al poder es meternos con el poder nuestro, el catolicismo o la monarquía", comentó.
Rusiñol también dijo que, para él, "el tema económico es fundamental" para una revista satírica como Mongolia, puesto que la forma más cómoda de censura es demandarla y que cierre al no poder pagar las multas.
"Si se censura es un escándalo, pero si una revista cierra porque no tiene dinero, bueno esto pasa todos los días", agregó.
Por ello, afirmó que los medios satíricos deben ser capaces de mejorar como empresas, si bien cree necesario que no entren "grandes capitales", porque entonces perderían su misma esencia.
"La censura encubierta es la que más prosperará en los próximos años", aseguró acerca de las sanciones económicas que afrontan medios como Mongolia.
Por su parte, Juan Ravell, del Chigüire Bipolar, subrayó que "lo políticamente incorrecto" no les afecta "en lo más mínimo a la hora de hacer sátira", sino que les sirve como reto y les "obliga a defender a libertad de expresión".
"Si ofende al poder, creemos que esa ofensa es buena. Nunca vamos a retar al que está abajo, eso no es humor", subrayó el venezolano.
Ravell se mostró en contra de definir a medios como el suyo como "de noticias falsas", sino como "parodia y ficción basados en el genero periodístico".
Se mostró especialmente concernido acerca de las diferentes situaciones de censura, puesto que aseguró que "la libertad de expresión en Venezuela está sumamente amenazada", por lo que los medios afrontan situaciones muy difíciles, sobre todo para el periodismo de investigación".
Por su parte, Rafael Pineda "Rapé", director de El Chamuco, ironizó al decir que los medios humorísticos son "un fracaso total" y es "muy difícil" sacarlos adelante.
"Somos los apestados porque nos metemos hasta la cocina", apostilló.
La directora de la revista Barcelona, Ingrid Beck, afirmó que "la censura más fuerte" que han tenido que afrontar es el hecho de que el papel para diarios en Argentina lo vende "una sola empresa cuyos propietarios son el Estado y los principales diarios del país".
Por eso, para ellos "cada vez es más difícil poder imprimir y seguir saliendo".
Beck también se valió de la ironía para considerar que la principal competencia que cree que tienen en este momento en Argentina es "la desleal de los políticos que dicen y hacen cosas que dejan totalmente estupefactos".
Por eso, hizo hincapié en que tienen "que redoblar apuestas que son imposibles de redoblar".
El Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, que comenzó el pasado miércoles y que entregó los premios homónimos, es organizado por la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y concluye hoy.
2018-10-05
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