El papa Francisco viajará el lunes a la isla siciliana de Lampedusa, uno de los confines de Europa, en su primera visita pastoral fuera de Roma para orar con inmigrantes recién llegados en embarcaciones y lamentar la muerte de aquéllos que intentaron alcanzar el continente.
Para el pontífice, procedente de "los confines del mundo" y cuyos ancestros emigraron de Italia a Argentina, los refugiados tienen un lugar especial en su corazón: como arzobispo de Buenos Aires condenó la explotación de los migrantes, la describió como "esclavitud" y afirmó que aquéllos que no hicieron nada para ayudarlos se convirtieron en cómplices con su silencio.
El pontífice llegará en embarcación el lunes al puerto de Lampedusa, igual que los inmigrantes, y arrojará una ofrenda floral al mar en recuerdo de los que murieron en su intento por alcanzar la isla, la cual está más cercana a Africa que al territorio continental de Italia, y es destino frecuente de embarcaciones de contrabandistas que parten de Libia o Túnez.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, 8.400 migrantes desembarcaron en Italia y Malta en el primer semestre del año, casi el doble en comparación con los 4.500 que llegaron en la primera mitad de 2012.
La cifra es insignificante comparada con los decenas de miles que llegaron a Italia durante el éxodo por la oleada de protestas de 2011 en la llamada Primavera Arabe.
Mediante entrevistas con sobrevivientes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) documentó 40 muertes en el primer semestre de 2013 y 500 en todo 2012, basándose en entrevistas con sobrevivientes.
Fortress Europe, un organismo activista italiano que da seguimiento a las muertes de inmigrantes difundidas por la prensa, dijo que 6.450 personas han perdido la vida en el Canal de Sicilia de 1994 a 2012.
En cierta manera, Francisco decidió de último minuto visitar Lampedusa ante las noticias de que casi 10 inmigrantes habían desaparecido en el mar hace algunas semanas.
La decisión, anunciada el 1 de julio, puso en aprietos a las autoridades de la isla ante la necesidad de traer suficientes agentes de seguridad, retretes portátiles, ambulancias y otros materiales para la primera visita papal.
El alcalde Giusi Nicolini dijo que el Vaticano solicitó explícitamente un esquema sencillo para recibirlo, de acuerdo con el enfoque en la humildad que ha caracterizado al papado de Francisco.
El pontífice se reunirá con algunas decenas de migrantes a su llegada al puerto y oficiará misa en el campo deportivo principal, ubicado cerca del "cementerio de embarcaciones" adonde se envían los restos de los botes destartalados utilizados por los migrantes que llegaron a las costas rocosas de Lampedusa.
Una vistosa embarcación pequeña fue convertida en altar y fragmentos de madera de botes que han naufragado con migrantes fueron transformados artesanalmente en un báculo pastoral para Francisco y el cáliz que se utilizará durante la misa. /AP
Domingo 7/7/2013